Ella

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

El amor (tecnológico) después del amor

Cualquier palabra que oficie como sinónimo de emotividad y de sensibilidad cuaja perfectamente en lo que respecta al carácter de este film. Her es más profunda de lo que se preveía que podía ser en su tráiler. Lógicamente, la interpretación majestuosa de Joaquin Phoenix (sobresaliente sea cual sea el rol que le toque) juega un papel importante a la hora de sumarle calidad y credibilidad a la proyección.
Con una temática distinta y rara, fiel al estilo del director, la historia nos remite a la vida de Theodore (Phoenix), un escritor de poemas, un tipo solitario y vacío a la percepción. Deprimido por su reciente separación, descubre un sistema operativo portador de un modelo de inteligencia muy peculiar, capaz de entusiasmar a cualquier usuario. Entonces Theodore comienza a entablar relación con la voz femenina que sale de dicho dispositivo, quien se hace llamar Samantha (Scarlett Johansson) y consigue poco a poco conquistar a nuestro protagonista.
¿Puede una persona enamorarse de un sistema operativo? Spike Jonze construye, desde lo improbable de la cuestión en sí, un relato que a pura conmoción y sentimiento colisiona de lleno contra la afectividad del espectador. Her cala hondo en el corazón gracias a la capacidad técnica de su director para sumergirnos en la aflicción de Theodore, un sujeto que desborda ternura y que no puede olvidar a la mujer con la que contrajo matrimonio: los flashbacks, delicados, perfectos, nos retratan lo feliz que supo ser mientras estaba casado, en contraposición con lo angustiante que le significa recordar aquellos momentos.
Jonze explora y va incluso más allá del ya inutilizado Msn; traspasa el chat y todo tipo de vínculo que se forje a través de las tecnologías. Incursiona en el mundo de las novedosas comunicaciones añadiéndole el componente que le permita a una máquina también sentir y evolucionar en ese aspecto. Theodore simplemente se relaciona con una voz detrás de un aparato, pero el enlace es tan fuerte e intenso que no puede frenarlo.
Los primeros planos a Phoenix lo hacen lucirse gracias al nivel de expresividad supremo que posee el actor de The Master. Su mirada perdida, soñadora, ilusionada, más el acompañamiento de una banda sonora siempre tenue hacen estragos y no sólo emocionan sino además inquietan, mortifican y movilizan.
Una película con un guión original, escrito por el propio Jonze. Difícil resulta encontrarle fallas o puntos que obren como elementos negativos. Una narración enternecedora que más allá de cimentarse desde una suposición incierta infunde frenesí y, sobre todo y por más complejo que pareciese, suena convincente. Una joya.

LO MEJOR: el guión, lo profundamente conmovedora que resulta. El hecho de cómo algo improbable pueda dotarse de credibilidad. Una vez más, Joaquin Phoenix se come el film. Vale destacar el buen trabajo de Scarlett Johansson aportando, desde su voz, verosimilitud en lo que expresa. Los flashbacks, impecables.
LO PEOR: el último cuadro, quizás, se podía estirar una pizca de tiempo más.
PUNTAJE: 9,1