Ella se va

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Este podría presentarse como un “tour de forcé” de actuación de Catherine Deneuve, que, como una “road movie”, en términos de estructura es lo que realmente resalta.

Pero ambas nominaciones son correctas, se conjugan, se mezclan y se sostienen. La diva del cine francés está en su salsa, bien condimentada con adornos que suman, algunos personajes, los paisajes de la campiña francesa, algunos diálogos muy inteligentes, enmarcando la excelente actuación de la actriz de “Repulsión” (1965), o “Belle de jour” (1967)

La historia se centra en Bettie, sesenta y pico de años, más cerca de los 70, digamos, descubre que su amante desde hace muchos años, casado con otra, ha abandonado a ambas y se fue con una jovencita de 30 años, parece una broma, pero es humor a la francesa.

Sobre llovido mojado. La madre se entera de esta situación, paralelamente que llega una notificación dando cuenta que el restaurante familiar peligra en su existencia por problemas financieros.

Tiene una hija, ya es abuela, a su nieto no lo conoce, a su hija hace años que no la ve, el mundo se le esta acabando, sale con su auto con la sola idea de dar una vuelta por el barrio, despejarse, hacer un impasse, pero el paseo se transforma en una fuga, con ciertas reglas, en la que brotará el imprevisto: su nieto. Una llamada de su hija, divorciada, hace mucho que ni la llama, salvo que ahora necesita por primera vez que cuide del pequeño que ya tiene 10 años. Haga cuentas, si quiere. En el medio, y con su nieto a cuestas, aparecerá una gala de ex-misses Francia, así estas y otras estaciones terminaran construyendo un viaje iniciático en una edad en que todos creen que no hay posibilidad de proyectos.

Como reza el axioma, la mayoría de las personas se mueren mucho antes de dejar de respirar, pero este no es el caso de Bettie.

No pida mucho más, una buena comedia estructurada como un viaje de doble circulación, externo e interno. Personajes, muchos, algunos entrañables, reestablecimiento de los lazos afectivos, algo de la vida cotidiana, y la voluntad de vivir.