El vengador del futuro

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Es preferible vivir en el recuerdo

Dicen que las comparaciones son odiosas, aún así en estos tiempos en donde las remake son moneda corriente este dicho pierde su valor. ¿Por qué hacer una remake si uno no quiere que comparen su película con otra? Más aún si se intenta sacar un poco más de porcentaje en taquilla utilizando antiguos éxitos.

El Vengador del Futuro en este sentido se convirtió en una víctima de su antecesora de 1990. La cuenta parecía sencilla, la versión de 1990 tenía un buen argumento, efectos especiales por doquier (en algunos casos de manera abusiva) y mucha mucha acción. Con este antecedente es simple proyectar que una nueva versión en el año 2012, manteniendo el argumento (al menos), mejorando efectos y con las posibilidades técnicas suficientes para darle mucha más acción que su versión anterior era un éxito asegurado (hablando de éxito con respecto a la calidad y no a la cantidad de entradas vendidas), la cuestión es que el cine no es matemático y al fin y al cabo los pingos se ven en la cancha y ahí en la cancha esta nueva versión pierde por goleada.

Comencemos por el principio, la película se ve genial, la calidad de los efectos especiales y los decorados junto a la atmósfera que generan resulta en una mezcla entre Blade Runner y Minority Report, realmente en cuanto a lo visual esta película es excelente. Ahora bien continuemos por el protagonista, Douglas Quaid, quien fue encarnado por Arnold Schwarzenegger (en una de las peores actuaciones de su carrera, cabe destacar) y en esta es interpretado por Colin Farrell. Personalmente creo que Farrell es mucho más actor que su antecesor, y le brinda al personaje de Quaid mucha más humanidad, pero sorprendentemente funciona mejor el Quaid de Schwarzenegger que el suyo y esto como la mayoría de los problemas en esta nueva versión radica en que la anterior no se tomaba en serio a sí misma, coqueteaba continuamente con el cine clase B y eso la liberaba para doblar el verosímil a su antojo sin molestar al espectador, es por eso que aquel Quaid protagonizado por Schwarzenegger que caminaba como robot y hablaba aún más mecanizado que Terminator T-800 le sentaba de maravillas. En esta El Vengador del Futuro todo parece ser serio y sobre todo solemne y es ahí en donde todo se desmorona ya que a la película le falta guión como para ser encarada de esta forma, todos los diálogos en donde se habla sobre el problema de la identidad, de la memoria y de la realidad (puntos fundamentales del argumento) se dan en momentos de completa irrelevancia.

El Vengador del Futuro pudo haber sido simplemente una cinta de super acción sin nada de profundidad y hubiese funcionado pero se queda en la mitad. Len Wiseman dirige las secuencias de acción de maravilla pero lamentablemente esas secuencias ya han sido vistas en más de una película, por el contrario en los momentos de diálogo y de construcción de los personajes, hace aguas. En El Vengador del Futuro aparecen casi todos los ingredientes de la versión original, incluso la prostituta de tres pechos, un icono del cine de ciencia ficción, aún así, lo que le falta es actitud para saber mezclar esos componentes y un poco de guión para que toda la película no parezca un gran video juego.

Lo positivo de este estreno es que no va a hacer falta una visita a Rekall para olvidarlo.