El valor de una mujer

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Posiblemente lo mejor de esta producción se encuentre en la escena que clausura el mismo, para saber deberá verla, esto no es una incitación a hacerlo. Pero….

El filme en su conjunto apenas supera la mediocridad generalizada de tantas otras realizaciones que se promulgan en un tema por demás arduo, el acoso sexual, Instalado en este caso en la lucha de una mujer contra un sistema dominado por los hombres. En este caso dentro del ámbito laboral.

En realidad el acoso de cualquier tipo tiene que ver con el poder y no con el género únicamente.

Pero en este tema el director Mateo Tullio Giordana, el mismo de “La mejor juventud” (2003), se adentra al contenido transitando por otra variable, la de la sumisión instalada en las mismas mujeres, si bien la narración circula por el recorrido que realiza Nina (Cristiana Capotondi), no deja de lado el hecho que a fuerza de ejercicio en el tiempo la situación está “naturalizada”.

A punto tal que eran las mismas madres que educaban a sus hijas a ocupar el “lugar” que les corresponderá en la vida.

El filme consta de dos partes muy diferenciadas, la primera. en que se expone la historia en sí misma, dando los elementos necesarios al público sobre todos los acontecimientos, para luego, en la segunda, instalar el discurso a través del juicio.

La primera parte tiene una concepción más cinematográfica que la ulterior, hay más acción, hasta el manejo de la luz, el montaje. y la dirección de arte se adecuan al texto.

En cambio, luego ya en las escenas del juicio, el director opera más dentro de la estructura y estética televisiva, es en este punto en que algo se empieza a sentir como tedioso.

Si bien hasta ese momento no fue una maravilla de realización se puede presentir como lo importante es no sólo el relato, sino el clima de denuncia hacia una sociedad patriarcal protegida por la Iglesia Católica , sea por apoyo directo o por el pecado de omisión, aunque esto se sienta como bastante superfluo.

Nina, una madre soltera, abandona la ciudad de Milán para mudarse a un pequeño pueblo de Lombardía, en donde su profesión de enfermera es requerida. y por la recomendación de un cura ingresa en una famosa clínica para ancianos.

El secreto a voces del lugar no tarda en hacerse presente, a los pocos días de comenzar a trabajar, ya siendo juzgada por ser madre sola, sin marido, novio con el que convive, que no es el padre de hija,

Es llamada por el contador del lugar Marco Maria Torri (Valerio Binasco), que también cumple con la función de administrador del sanatorio, quien se hace llamar doctor sin serlo, sólo para infundir más temor que respeto, que intentara violar a Nina.

La lucha de ella por llevar adelante la denuncia contra éste sujeto, y todos aquellos que lo apoyan, para denostándola, es el motor de esta producción.

El problema del filme reside en lo superficial de todo, hasta el poco desarrollo de los personajes laterales, secundarios, va en desmedro del texto, y todo terminan apoyándose en la actuación de la joven y promisoria Cristiana Capotondi, muy bien acompañada por Valerio Binasco, esto va a redundar en la capacidad en la dirección de actores, ambos no muy conocidos para el gran público argentino.

De estructura clásica, lineal en su mayor parte, sin intenciones de innovar nada desde lo estético, sólo esas alteraciones descriptas, al filme se lo presentía de mayor cuantía desde la presentación.

Reitero, sólo la última escena es muy buena, como tal, casi necesaria, diría