El valle del amor

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Una historia del más allá… en el más acá.

Gerard e Isabelle son una pareja de actores franceses que se reúnen en el Valle de la Muerte (California, Estados Unidos). La razón se debe a que su hijo, recientemente fallecido, les mandó una carta pidiéndoles de reunirse con él en dicho lugar. Mientras esperan ese momento, ambos discuten y debaten sobre la naturaleza de su relación, qué ocurrió con cada uno tras su separación, la relación que ambos tenían con su hijo y lo complejo de sopesar la posibilidad de que él pueda venir del más allá.

El Valle del Amor parte de un objetivo claro, y se adentra en la compleja relación entre dos seres humanos. Cada escena es una oportunidad en la que el espectador conoce como son, como opinan de ciertas cosas y sus actitudes. Hay reflexiones de índole filosófica y discusiones que pocas veces llevan a un avance concreto de la narración. Casi todas las discusiones tienen a la culpa, como ancla temática principal; mayoritariamente por cómo era la relación que tenía cada uno con su hijo, y no pocas veces por cómo eran las cosas entre ellos.

A pesar de su naturaleza, a menudo contemplativa, donde la película gana algo de puntos es en como flirtea con lo sobrenatural sin la necesidad de ser efectista. Es solo un indicio que termina de aclararse con la sutileza de las reacciones de los personajes ante dichos eventos y saber cuándo cortar a otra escena; es decir, saber qué mostrarle al espectador y qué no.

Todo descansa íntegramente en los hombros de Gerard Depardieu e Isabelle Huppert. La manera en la que sortean el modo particular que tiene esta historia de ser contada, con sus expresiones y rango emocional, es lo que consigue que sea disfrutable. No me tiembla el pulso en decir que no se hubieran producido el mismo resultado con otros actores.

La película se vale de logradas composiciones de cuadro en Cinemascope, que no solo produce muy buenos resultados en los paisajes montañosos, sino también en las escenas dialogadas. Con una enorme paciencia a la hora de determinar cuándo moverse y cuando cortar, aunque a menudo se excedan con ello y algunas escenas se vuelvan un poco lentas.

Conclusión:
El Valle del Amor es una película clara en lo que quiere contar y cómo. La clave es tenerle mucha paciencia y prestarle atención. Aquellos acostumbrados a una narración más clásica la pueden encontrar un poco densa, desafiante a la paciencia incluso, pero la brillante labor de sus protagonistas, sumado a la solidez de su propuesta visual la pueden volver disfrutable.