El universo de Clarita

Crítica de Octavio Aprile - Metafilmika

Sacando nuestro niño interior

"A través de la mirada curiosa de Clarita, este documental permite al espectador redescubrir y emocionarse con las maravillas del cosmos como así también con los paisajes de nuestro país."
EL UNIVERSO DE CLARITA, 2021 Clarita tiene doce años y vive en Rosario junto a sus padres y hermanas. Lo que más le interesa en el mundo es la astronomía, pasión que descubrió gracias al "Proyecto Miradas", un taller experimental y lúdico para niños, dictado por Sofía y Yayo.
¿De qué están hechos los meteoritos? ¿Cómo se crearon las estrellas? ¿De dónde salió el primer pájaro? La curiosidad de esta niña la lleva lejos: un viaje de aprendizaje por diversos sitios astronómicos de Argentina. Las respuestas nos llegan de los especialistas y científicos, pero también de la sabiduría de los pueblos originarios y de los secretos que esconde la naturaleza.
El deseo de Clarita por conocer y descubrir nos lleva a sorprendernos ante el infinito universo del que somos parte.
En apariencias, no parecería haber un germen de interés documental en la historia de una niña rosarina que quiere ser astronauta cuando crezca. Sin embargo, Tomás Lipgot, de mucho oficio, pudo dar con una protagonista afable y carismática cuya curiosidad astronómica termina convirtiendo a la película en una dinámica road movie. En donde la puesta de cámara sumada a una bella fotografía (por momentos con demasiado contraste de post-producción) aprovechan muy bien los espacios a cielo abierto para lograr increíbles paisajes. Pero cabe aclarar que, el ritmo dinámico dado por el montaje, no siempre le sienta tan bien: en su corta duración -alrededor de 70 minutos-, Clarita recorre junto a sus profesores de taller muchísimos puntos del país con geografías muy distintas y, como muchas veces no aparece un título del lugar donde están como anclaje, por momentos eso termina desorientando un poco.
Más allá de lo mencionado, el documental tiene muchas fortalezas. Una de ellas es la capacidad de plasmar en pantalla el espíritu soñador de la protagonista. Mediante la utilización de cromas y efectos visuales podemos ver a Clarita, por ejemplo, interviniendo en una proyección de Viaje a Luna (1902) de George Méliès o colgando de una rama en bosque mirando las estrellas. Como así también, hacia el final, la capacidad conmover al espectador (acompañado con una música incidental muy efectista y efectiva) con la belleza de los fenómenos astronómicos.
"El universo de Clarita, termina siendo una muy linda experiencia que nos permite aprender un poco más sobre los misterios del universo y desconectarnos de nuestra chata vida terrenal para recordar que somos insignificantes."