El último zombi

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

Dentro del género de terror, el subgénero zombies no solo es uno de los más populares de las últimas décadas, sino también de los más variados. En pasadas ocasiones nos ocupamos de las dos corrientes principales (véase nuestros Top 5 de muertos vivos y zombis del vudú), pero estos a su vez se subdividen y ramifican en otros varios subgéneros y tendencias. Algunas películas se plantan firmemente en alguno de esos modelos establecidos y otras combinan más libremente elementos de los unos y los otros. En esa combinación, a veces, se puede producir otra cosa, tal vez algo nuevo, incluso en terrenos así superpoblados. El último zombi es una película ecléctica que toma un poco de cada tendencia, aunque se incline más hacia un lado, e intenta en ese trance proponer algo propio.

El film se inicia con una grabación hecha desde un celular. El Doctor Nicolás Finnigan (Matías Desiderio) se presenta en medio de una situación crítica y anuncia a continuación el relato de los hechos que lo llevaron hasta allí. Este prólogo recuerda en buena medida a los relatos de H. P. Lovecraft, quien utilizaba ese recurso con frecuencia, y ya va dando cuenta de la intención del realizador, Martín Basterretche, de dejarse influenciar por variadas fuentes tanto cinematográficas como literarias.

Lo que sigue (o más bien precede) es la crónica de una catástrofe anunciada. Finnigan llega a un pequeño pueblo costero convocado por los directivos de un instituto de investigaciones biológicas. Su misión es la de encontrar a un científico perdido, una eminencia que desapareció tras una conducta errática. Las pistas lo llevan a la hostería donde el sabio prófugo se esconde con su familia y realiza experimentos con su esposa manteniéndola en un estado a medio camino entre la vida y la muerte. Tras este descubrimiento inquietante se desencadenan los hechos. Surge una inesperada horda de muertos vivos que obliga a los habitantes de la hostería a encerrarse y resistir el asedio para no contagiarse de ese mal inexplicable.

Basterretche no oculta sus influencias. El asedio de los zombies a la hostería remite directamente a La noche de los muertos vivos (1968) el clásico de George Romero que dio forma al film los zombies modernos. Pero aún reconociendo esto, lo que se observa es que los mayores referentes están más atrás, en los zombies primigenios, productos del vudú, surgidos de la mitología haitiana. Hay por allí algún guiño a White Zombie(1932) la primera película en abordar el género, y el personaje de la esposa del científico parece sacado conscientemente de Yo caminé con un zombie (1943) del tándem Val Lewton / Jacques Tourneur.

Pero lo que más remite a esos primeros zombies y a la vez hace la diferencia es la forma de contagio. Las criaturas de El último zombi no muerden ni devoran a sus víctimas. Ahí está su mayor aporte. El contagio no se produce por la sangre ni por la carne sino a través de un misterioso polvo violeta que surge de la tierra y al inhalarlo la conversión es segura. Esto recuerda un poco al misterioso polvo zombie de la tradición (del cual Wes Craven hizo buen uso en La serpiente y el arco Iris) pero esta sustancia no está fabricada por manos humanas y hasta parece tener vida propia aunque su origen es desconocido, lo cual nos lleva nuevamente a los horrores lovecraftianos e introduce ahora algo nuevo.

Basterretche viene de dirigir un policial (Punto ciego) y un film de ciencia ficción (Devoto, la invasión silenciosa). Está claro que es un realizador que disfruta y cree en los géneros. El último zombi no es un film de terror directo, no busca el impacto y no apela a la violencia y mucho menos al gore frecuentemente asociados a los zombies en su versión moderna. Por el contrario, busca diferenciarse apostando al drama humano, a generar climas y una sensación de fatalidad e inquietud. Su rasgo más interesante, y el que le permite superar las limitaciones de presupuesto o algunos rasgos más problemáticos como los diálogos que a veces suenan algo artificiales, es su vocación de búsqueda, el hecho de acudir a los clásicos para a su vez dar con un planteo más novedoso y original.

EL ÚLTIMO ZOMBI
El último Zombi. Argentina. 2021
Dirección: Martín Basterretche. Elenco: Matías Desiderio, Adriana Ferrer, Maia Francia, Francisco Gonzalez Gil, Sofia Kali, Clara Kovacic, Tony Lestingi, Luis Longhi, Alexia Moyano. Guión: Martín Basterretche, Melina Cherro. Fotografía: Mauricio Riccio. Edición: Lionel Cornistein. Producción: Martín Basterretche, Mariano Oliveros. Duración: 80 minutos.