El último mago O Bilembambudin

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

Aventuras en un reino lejano

Esta película está basada en un libro de Elsa Bornemann, una de las más importantes autoras argentinas de literatura infantil, que falleció el año pasado. Fue prolífica, estuvo prohibida durante la dictadura militar a raíz, entre otras publicaciones del libro Un elefante ocupa mucho espacio y con posterioridad le llegaron los reconocimientos internacionales, incluidos los más prestigiosos.

El último mago o Bilembambudín es una creación de 2014 que, al igual que tantas otras, llegó a las aulas como material de estudio.

Cuenta la historia de una niña de 8 años llamada Aldana, que se encuentra en una función de teatro y está bastante aburrida. Finalmente, logra escabullirse con un mago que conoce ocasionalmente y termina enredada en una aventura de fantasía. En un reino lejano, debe ayudar a recuperar los colores de la naturaleza y la alegría de vivir oponiéndose a un mago encerrado en una torre y protegido por gigantes.

Más allá de la indudable importancia de adaptar a los autores nacionales, la versión es aceptable. Leyendo apenas una reseña del libro original basta para notar que muchos de los detalles consignados por Bornemann han sido omitidos, lo que le hace perder ese sabor casi de receta casera. Aunque se entiende que la decisión responde a las necesidades de adaptar el texto a las posibilidades técnicas y de recursos.

Aun así, persiste la intención nacida en el libro de pensar algunos conceptos, como el poder, el cuidado de la naturaleza, la magia y la valentía desde otros lugares.

La animación (que también fue pensada para el 3D) es correcta y con algunos hallazgos. Algunas formas y movimientos son un poco esquemáticos, o el coloreado muy pasivo, pero muchos otros sorprenden. Un buen comienzo para un dúo de realizadores (Diego Rodríguez y Martín Masciandaro, director y guionista, respectivamente) que debutan en el ambiente del cine comercial.