El último juego

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

Yo paso.

Seis extraños despiertan en una habitación provista con armas y se ven obligados a matarse entre sí o ver morir a alguien que les importa profundamente. Con esta simple premisa se desarrolla esta coproducción entre EE.UU. e Indonesia donde la “intriga” se adueña durante 81 minutos.

Digamos que no es una trama muy original, ya que anteriormente habíamos visto un planteo similar en El cubo o El juego del calamar.

Bajo estos parámetros, estamos obviamente en territorio de la clase “B” más básica que se pueda encontrar en una cartelera nacional cada vez más limitada. Si son amantes del terror sangriento déjenme decirles que las muertes brillan por su ausencia y el género al que más se acerca esta The Blackout Experiment (2021) es el thriller -cuadrado, pero thriller al fin-.

Considerando lo previsible del asunto uno se imaginaba un final al menos feliz… pero no va por ahí tampoco la cosa. Tenemos al menos un poco de terror psicológico y ese es un punto a favor de la película dirigida por John David Moffat IV, pero después no hubo nada que me haya generado algo remotamente parecido a una sorpresa.

El problema no es la historia en sí sino los personajes donde no encontré ninguna empatía real. Por deficiencias de guión, dirección o propias, los actores están lejos de atrapar a la audiencia. Una vez más simpatizo con la antagonista que es quien te carcome la cabeza. A los protagonistas resulta imposible tomárselos en serio. De hecho, de a ratos parecían no querer estar delante de cámara. Lamentable.

Hay producciones «B» mucho más inspiradas que esta, y realmente que sea una producción de bajo presupuesto no les da el derecho a hacer algo tan malo, menos un filme de terror.

Si me decís una comedia podría ser diferente; de hecho, hay obras que de tan malas terminan siendo divertidas. El último juego, que pretendía asustarnos, no entra en esa categoría. Es mala y punto.

Banco producciones independientes que llegan para ofrecer algo distinto que las superproducciones a las que estamos acostumbrados, pero en esta ocasión el producto ofrecido es insalvable.