El último exorcismo - Parte 2

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Cuando el miedo es algo menor

En la versión anterior dirigida por Daniel Stamm, en 2010, había un reverendo evangélico, exorcista de profesión, que se volvió un tanto mediático y quiso que la cámara de video lo siguiera en su tarea, para darle un sesgo verosímil y más allá de cualquier engaño. Había fanáticos, una adolescente poseída y algunos backstage atractivos.

Por el contrario, esta nueva versión, empieza casi inmediatamente de la anterior y sigue la figura de la adolescente Nell Sweetzer (Ashley Bell), que, trastornada, se da cuenta que toda la familia desapareció y es alojada, luego de manifestar algunos problemas mentales, en un hogar para chicos problemáticos, donde trata de adaptarse a su nueva vida.

En pocos días, Nell, nuevamente será víctima de la constante persecución de una voz maldita y de una fantasmal presencia demoníaca, que parecen no querer abandonarla, lo que provoca que la muchacha se lleve más de un susto.

MARTES DE CARNAVAL

La acción transcurre en Louisiana, la bella ex colonia, en la que como un detalle de color, asistimos a un martes de carnaval, en cuya fiesta Nell se encuentra con una estatua móvil, que parece formar parte de la troupe demoníaca.

Si se compara este filme con el anterior, puede decirse que el actual es una copia lavada del primero. La informalidad técnica de la anterior que favorecía al lenguaje narrativo y acentuaba cierto dinamismo y ambigüedad, en la actual se volvió correcto y su historia carece de magia y de imaginación.

"El último exorcismo parte 2" tiene en Ashley Bell, a una excelente protagonista en el papel de Nell Sweetzer y a una desaprovechada Julia Garner (Gwen), en un breve personaje.

Lo curioso es que en esta "parte 2" no se habla, como en la primera, de un trastorno psicológico mezclado con un fenómeno paranormal. Mientras que los diálogos resultan banales y los efectos especiales apenas superan el nivel de lo aceptable. Los aficionados al género ya no repetirán los escalofríos que provocaba la primera parte.