El último desafío

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Violencia con el mejor humor

Con un marcado despliegue de armas, disparos a granel, algún loco de la colina que lo ayuda con armas casi medievales y abundante humor, la película es un entretenimiento sin demasiadas pretensiones, pero efectivo.

Después de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" pasaron un montón de cosas en la vida de Arnold Schwarzenegger, este activo austríaco, que llegó a gobernador de California, luego de hacerse estadounidense y fue alguna vez Mister Europa. En este filme, es el sheriff Ray Owens que se vino de la populosa Nueva York para tranquilizarse en un pueblo pacífico de Arizona, con ciudadanos rutinarios, pero, alguno de ellos, curiosamente excéntricos.

Si Ray Owens hubiera sabido que un poderoso narco latino elegiría ese pueblo para pasar las fronteras a México y huir del FBI que lo persigue, seguramente otro hubiera sido su destino.

La película cuenta la defensa que prepara el sheriff Owens, para defender "su pequeño huerto" de Arizona y cómo los habitantes del pueblo lo ayudan para defender el lugar del narcotráfico.

ARMAS Y DISPAROS

"El último desafío" es un clásico representante de los "spaghetti westerm", al estilo que hizo popular a Franco Nero. No por nada tiene como diseñador de producción a Franco Fiacomo Carbone. Pero está dirigido por el coreano Jee-woon Kim, de manera que la violencia se duplica.

Con un marcado despliegue de armas, disparos a granel, algún loco de la colina que lo ayuda con armas casi medievales y abundante humor, la película es un entretenimiento sin demasiadas pretensiones, pero efectivo.

Hay mayoría de latinos, encabezados por el simpático Luis Guzmán, como Mike Figuerola y también está Eduardo Noriega, en el papel de Gabriel Cortez, el narcotraficante y la bella Genesis Rodriguez, hija del Puma Rodríguez. A los mencionados se suma Forest Withaker, como un agente del FBI que hace lo que puede.