El último cazador de brujas

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Hace 800 años, casi todo el mundo “civilizado” (Europa digamos) andaba ocupadísimo con Las Cruzadas. Toda persona de género masculino iba en busca del Santo Grial (más todo lo que pudiesen “encontrar”). Los pocos que preferían quedarse andaban con problemas de salud. Una peste terrible azotaba toda el área, así que habrían de matar a las brujas responsables de esto o no quedaba nadie. Entre todos los feroces cazadores está Kaulder (Vin Diesel), el más pensante de todo el grupete que convenientemente sugiere matar a la Reina Bruja (Julie Engelbrecht), para que todas las otras mueran con ella. Así lo hace este buen hombre, pero antes de morir ella le lanza la terrible maldición de la inmortalidad, condición que nos lleva, elipsis mediante, a nuestro atribulado presente y de paso explica el título: “El ultimo cazador de brujas”.

Este guión de Cory Goodman, Matt Sazama, Burk Sharpless es un disfraz para reciclar y maquillar ideas de antaño. Como si mezcláramos en una licuadora el de “Highlander” (1986), el de “Blade” (1999) y el de “Constantine” (2005), entre otros cientos de ejemplos. Al no poder ponderar la originalidad de la idea, cualquier espectador del género de aventuras querría al menos contar con buena factura técnica, que el planteo sea creíble y las escenas de acción cuenten con cierto nivel de aceptabilidad entre el diseño de arte, vértigo, sonido, suspenso, música, etc. Hay varios nombres notables en el equipo como Dean Semler en la fotografía, Steve Jablonski en la banda de sonido o Chris Lebenzon como uno de los compaginadores aunque de todos modos, por más talento que se tenga si el cuento es flojo…

“El último cazador de brujas” zafa raspando algunas materias gracias a esos nombres y a contar con Vin Diesel en el elenco. El actor conoce su paño y se pone a sus espaldas todas las falencias de esta producción porque su figura está emparentada con el género de acción, por lo cual, una historia que gira alrededor de su casi constante presencia puede acomodarse a la complicidad de un público que simplemente quiere ver cómo gana la batalla. Los demás integrantes del elenco dejan diferentes sensaciones. Michael Caine parece haber tomado a su Alfred de la última trilogía de Batman para conseguirle trabajo en esta película, mientras que Elijah Wood no sabe bien como seguir luego de la saga de “El señor de los anillos” (2001), Rose Leslie compone el único personaje con crecimiento dramático a lo largo de los 105 minutos, pues Chloe (la bruja buena, digamos) será en definitiva quien acompañe a Kaulder en su derrotero por salvar al mundo. Por el lado de los villanos, tanto Belial (Ólafur Darri Ólafsson), como la mencionada Reina Bruja, nunca parecen terminar de constituirse en verdaderas amenazas que comprometan la suerte de los protagonistas. En esto, la figura de Vin Diesel es un arma de doble filo como varias veces lo fueron los viejos y queridos actores del cine de acción de los ‘70 y ‘80.

Así y todo, la película llega a puerto. Maltrecha, golpeada por tormentas de situaciones conocidas pero manoteando aire con líneas de diálogos apuntadas al humor referencial (“nos equivocamos con Salem”, dice Kaulder en un momento), e intentos por instalar elementos que construyan las futuras continuaciones. ¡Ah!, porque va a haber otras ¿eh? A ver… no nos engañemos. Si hay una “Reina” es porque hay un “Rey” ¿no? La taquilla es y será la que decida, si es o no “el último”.