El último amor

Crítica de María Inés Di Cicco - La Nueva Provincia

Vin Diesel, de nuevo en acción

El actor de “Rápido y furioso”, vuelve al combate, esta vez como un soldado ancestral irrompible, en la fábula ”El último cazador de brujas”.

A ver, por partes: ¿qué quiere encontrar el espectador cuando paga una entrada al cine para ver al musculoso Vin Diesel, protagonista de películas como de ultracción como Rápido y furioso, Riddick o XXX?

¿Quiere corridas eternas, luchas coreografiadas y con el rótulo de "por favor, no intentarlo en casa"? ¿Mucho efecto, una banda de sonido potente y una cámara de que vértigo? ¿Busca una chica bella, inteligente e intrépida y a quien eventualmente el hombre pueda seducir, y la promesa de que, si todo va bien en las boleterías, esto continuará..? El último cazador de brujas tiene, de esto, en cantidad.

Ahora bien, si en el reparto aparecen nombres como los de Michael Caine, Elijah Wood (El señor de los anillos, El hobbit, Crímenes de Oxford), o Marck Addy (Robet Baratheon en la serie televisiva Juego de Tronos), quizás esperaría encontrar una historia de buena profundidad y contada con cierta, digna, altura. Bien, de esto, ofrece poco y nada.

El filme plantea una batalla pero de carácter sobrehumano, ya que los hombres deben enfrentar a las brujas, que viven camufladas entre los habitantes de Nueva York y que están dispuestas a labrar un largo camino de sangre y muerte. En este marco aparece Kaulder (Diesel), un valiente cazador de brujas que consigue matar a la todopoderosa Reina Bruja. Pero antes de morir, la villana condena a Kauldera la inmortalidad.

Y bien dice Dolan 36avo, el siempre bien plantado Caine, cuando las brujas más malvadas de este mundo y el siguiente avanzan: "empieza el espectáculo". ¿Quien lo quiera, lo tendrá? Pochoclos, gaseosas y show.