El transportador recargado

Crítica de Walter Monzón - Cinergia

Nueva sangre al volante

Antes de comenzar esta reseña debo hacer una confesión: no vi El transportador 3 (Transporter 3, 2008), y debido a esto me veo en falta para hablar fielmente de si esta nueva entrega conlleva alguna relación argumental o simplemente es un intento de reboot dejando de lado al ya tan acostumbrado Jason Statham. Mis fuentes externas me afirman que no habría correlatividad ni hilo conductor entre la anterior entrega y esta, pero aun así prefiero dejar eso bajo el escrutinio de ustedes, queridos lectores.
El transportador recargado (The Transporter Legacy) es el segundo largometraje de Camille Delamarre, quien algunos ubicarán por debutar con Brick Mansions (2014), la obra póstuma del recordado Paul Walker, y con la cual obtuvo una gran repercusión mediática en todo el globo, que de todas maneras no le aparejó una gran afluencia de público, por lo menos en los Estados Unidos en donde no llegó ni siquiera a cubrir lo gastado en el film.
Dejando de lado esto, Delamarre comienza a pisar relativamente fuerte en el cine de acción haciéndose cargo de una franquicia conocida y ya bien establecida en el público. Aunque los resultados no sean óptimos y muestra un gran camino por recorrer, el novato director también denota una buena habilidad para las escenas de acción, atreviéndose inclusive a transgredir un poco con ágiles movimientos de cámara en espacios reducidos.
Así como este film se nos autopresenta como un presumible reboot de la saga, el mando del transportador cambia de conductor, llegando a las manos del poco conocido Ed Skrein, quien muchos pueden llegar a ubicar como Daario Naharis, en la serie de HBO, Game of Thrones.
El actor londinense también parece empezar a pisar fuerte como personaje de acción, desempeñando cada vez más papeles de estas características y obteniendo buenos resultados en ellos. Aunque en un comienzo su personificación puede llegar a ser un tanto fría (incluso más que la de Jason Statham) logra dar luego un pequeño giro de simpatía que lo vuelve mucho menos antipático para la trama, aunque sin ir muy lejos ya que el personaje no es lo que uno podría definir como ¨cálido¨, ni tampoco necesita serlo.
En este película no hay grandes sorpresas actorales ni técnicas, la película cumple con su cuota de acción sin dar mucho más de sí y repite en buena parte la estructura de por lo menos las dos primeras entregas.
Algo para destacar por lo extraño o particular que resulta es que para el oído entrenado es notorio el doblaje en postproducción de la cinta prácticamente completa, realizada con los mismos actores del film y con un forzadísimo ingles en el caso de muchos de ellos. Tomando en cuenta que una buena parte del elenco es de origen francés, tal vez la explicación vendría por ese lado, pero sinceramente cuesta entender la decisión de esto, si es que fue un acto premeditado.

El transportador recargado (o El transportador 4 para los amigos) es un reboot de menor calidad que sus antecesoras en cuanto a producción y resultado, lo cual me hace dudar la continuidad de la saga para los próximos años, al menos que los números la acompañen alrededor del mundo. Aun así es una buena opción para los que gusten del cine de acción y no acudan con grandes expectativas.