El tiempo de los amantes

Crítica de Fernanda García Arroyo - A Sala Llena

Contenerse en un extraño.

Un oficio, un escape, un sentimiento, una emoción, una aventura. La soledad. Día a día las personas montan un personaje y así salen a la calle, hasta que algo tan simple como una mirada despierta su verdadero ser. Así surge una encrucijada: ¿debe seguir uno al corazón o al reloj de la cotidianidad?

El Tiempo de los Amantes narra un momento específico en la vida de Alix (Emmanuelle Devos), una actriz que -a raíz de un casting- se cruzará en el tren con Douglas (Gabriel Byrne), un hombre del cual poco se sabe. Luego de cumplir con su trabajo, Alix irá a buscarlo. Nuevamente las miradas juegan un rol protagónico: él, inmerso en una tristeza profunda, y ella, desconcertada y temerosa. Entre medio, el personaje de Devos no puede evitar el “cable a tierra” que la trae a la realidad: comunicarse con su novio y la búsqueda desesperada de dinero, consecuencia de la crisis europea actual...