El sorprendente Hombre Araña 2

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Más que humano

En la primera El sorprendente Hombre Araña, segunda adaptación al cine del clásico cómic de Marvel, Peter Parker le prometía al moribundo jefe de policía George Stacy que abandonaría a su hija, Gwen, para no involucrarla en el submundo del delito. En esta segunda parte, Peter casi pierde la fiesta de graduación mientras Spider-Man desbarata los planes del criminal ruso Aleksei Sytsevich (Paul Giamatti), pero lo primero que hace tras jurar es besar a la también graduada Gwen (Emma Stone). La vida le sonríe al superhéroe; tiene el amor de su novia y el de la ciudad de Nueva York, que lo considera su benefactor. Aunque por supuesto, la ciudad no está en orden. El fantasma de George le recuerda su traición a cada rato y Oscorp, el gigante de la genética, sigue entregando villanos mutantes para mantenerlo ocupado.
La segunda entrega de El sorprendente… cumple la promesa del primer film y confirma al reboot de la franquicia de Columbia como algo distinto, en ciertos aspectos superior a la trilogía dirigida por Sam Raimi. Vulnerable, romántico, altruista, el Peter Parker de Andrew Garfield es más carismático y convincente que el de Tobey Maguire, mientras la química con Emma Stone resulta uno de los mejores affaires mudados de la historieta al cine. Las parodias de rigor también son acertadas, como cuando Peter repara un lanzatelarañas siguiendo un tutorial de YouTube. Jamie Foxx tiene un decoroso papel como Max Dillon, el operario humillado y resentido de Oscorp que, tras un accidente, se convierte en Electro, el villano que apaga las luces de Nueva York. En algún punto, la película se atrofia con la repentina aparición de más villanos (Sytsevich es Rhino y Harry Osmond, heredero del imperio Oscorp, es el Duende Verde) junto al velo melodramático de los problemas de Parker. Pese a esta saturación y a un final irresoluto como el piloto de una serie (se aguardan al menos dos secuelas más), El sorprendente Hombre Araña es un ajustado reboot de la saga, tanto más logrado en sus efectos como en el encanto de sus personajes y fidelidad al cómic original.