El silencio

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Tomás (Tomás Del Porto), un adolescente de 17 años, de pronto debe lidiar con que su novia está embarazada. Luego de tantear la posibilidad de recurrir a un aborto, deciden tenerlo, pero él no está seguro. Es incapaz de contarle todo a su madre (Vera Fogwil), no confía en su padrastro, y tampoco recurre a sus amigos. Entonces se escapa de la casa y va a San José, pueblo que podría conectarlo con su padre, a quien jamás conoció. Allí conoce a Camilo (Alberto Ajaka), un carpintero naval, que vive con María (Malena Sánchez), su esposa, y Mateo, el hijo pequeño de ambos. Tomás le pide trabajo, y ambos comienzan una relación de jefe y empleado, de mentor y maestro, que en realidad esconde sentimientos más íntimos y difíciles (y dolorosos) de expresar.

Filmada en la provincia de Santa Fe, El Silencio (2016) es la ópera prima del venezolano Arturo Castro Godoy. A la manera de los hermanos Dardenne en películas como El Hijo (Le Fils, 2002), Godoy planeta un drama centrado en lo que nunca se dice en voz alta, pero que está ahí, cerca de la superficie. Un factor clave es el trabajo del joven Tomás Del Porto, quien actúa hablando poco y usando mayormente la mirada. Igual de destacable es el desempeño del siempre fascinante Alberto Ajaka. La química entre ambos termina siendo otro factor determinante para que la película funcione.

El Silencio propone una historia dura, con dilemas personales, pero nunca deja de transmitir esperanza, redención, amor.