El silencio es un cuerpo que cae

Crítica de Rocío Belén Rivera - Fancinema

EL SILENCIO ES UN ESPACIO A RELLENAR

¿Quién sabe todo sobre su familia? ¿Cuántas cosas del relato familiar de nuestra historia nos hacen ruido? Sobre la construcción de la identidad propia y la de los otros se trata El silencio es un cuerpo que cae, el documental de Agustina Comedi.

Con relatos personales, filmaciones caseras y reflexiones en voz en off, Comedi nos presenta la historia de su padre, personaje a quien ella irá reconstruyendo a partir de los fragmentos que visualizamos en la película. El hombre joven que vemos en las imágenes en 8mm y VHS que nos muestra el documental, es un militante político y homosexual, quien ante el deseo de ser padre y gracias a una sociedad heteronormativa como la de la Argentina en los años 70 y 80, deja de lado su deseo pasional en pos de su deseo paternal. Una frase comienza y cruza transversalmente el film: “el día que naciste, algo murió en tu padre” y es aquella afirmación contundente e hiriente la que mueve a Comedi en esta búsqueda personal, pero al mismo tiempo cinéfila y social, que le permite no solo reconstruir su pasado y su familia, sino también retratar una época llena de excesos, libertad sexual y autodescubrimiento como fue aquella que vivieron sus padres antes de su llegada.

Al mismo tiempo el documental permite un lazo que vincula a la directora con la figura de su padre: ambos filman todo. De hecho, el film nos presenta imágenes del mismo padre el día de su propia muerte, ya que murió de forma accidental con su automóvil. Los silencios incomodos, de ese pasado que está y no está al mismo tiempo, es rellenado con las voces de quienes Comedi va entrevistando a lo largo del film, amigos de la familia, personas cercanas a su padre, militantes gay friendly que le han permitido, a través de sus relatos, ir construyendo una nueva percepción e imagen de su padre e ir desterrando esa sombra de dudas y misterios que rodeaba los recuerdos de su papá.

No hay nada peor que quedarse con la duda, señores, que esos silencios no nos hagan ruido toda la vida.