El silencio del cazador

Crítica de Marcelo Cafferata - Lúdico y memorioso

El ambiente de la selva se transforma en un protagonista más de algunas de las recientes producciones del cine nacional como “Trópico” (de Sabrina Farji con Juana Viale, Agustín Sullivan y Fabián Mazzei) y “Al Acecho” (de Francisco D’ Eufemia con Rodrigo de la Serna, Belén Blanco y Walter Jacob) con la que el estreno de esta semana, “EL SILENCIO DEL CAZADOR”, mantiene sutilmente algunos puntos en común.

Al mismo tiempo que la geografía y cierta temática de ecología y preservación aparece en todos estos trabajos, la nueva película de Martín Desalvo se distancia fuertemente de las otras mencionadas por la solidez narrativa de la propuesta (gracias a una interesante construcción de climas y personajes que plantea el guion de Francisco Kosterlitz) y los buenos trabajos que logra de todo el elenco, generando un producto sólido y bien construido.

La historia presenta a Guzmán (una excelente interpretación de Pablo Echarri, cambiando totalmente de registro de la costumbrista “El Kiosco” o la comedia romántica “No soy tu mami”, sus últimos trabajos) quien trabaja como guardabosques en un parque nacional en la provincia de Misiones, mientras su esposa Sara (Mora Recalde) se desempeña como médica rural, de forma tal que cada uno en su profesión, se encuentra vinculado con su entorno cumpliendo una función de servicio con un fuerte compromiso social.

Como tema recurrente que aparece también en los otros trabajos mencionados, se presenta el entorno violento de los cazadores furtivos que atentan contra la fauna silvestre del lugar, en peligro de extinción. Una de las obsesiones de Guzmán será capturar a quienes intentan cazar sin permiso dentro del parque y particularmente a uno de ellos, conocido como El Polaco, que hace valer su poderío económico y sus contactos para no respetar ninguna de las reglas y continuar invadiendo el territorio donde la caza está prohibida, imponiendo impunemente sus propias reglas.

A esta tensión antagónica entre Guzmán y El Polaco, ese sutil juego de gato y ratón que se desarrolla en el espeso ambiente de la selva, se suman sus historias personales que cargan todavía más espesor al conflicto: no sólo fueron amigos en un pasado sino que se encuentran conectados por las historias de sus propios padres, en las que ya se marca un conflicto de poder: el padre de Guzmán había trabajado casi en forma esclavizada bajo las órdenes del poderoso Venneck –padre de El Polaco-, el terrateniente más importante del lugar, reforzando el esquema opresor / oprimido, que se repite en la nueva generación.

Para completar la fuerte rivalidad latente entre ambos, se suma el triángulo amoroso con vértice en Sara: ella ha sido la novia de El Polaco pero finalmente se ha casado con Guzmán y de esta forma, Desalvo entremezcla sutilmente todos estos conflictos de forma tal que sería imposible determinar cuál de ellos es el más doloroso o el más importante a la hora en que esa pugna se pone en juego.

Algunos elementos adicionales, como una doméstica que trabaja con El Polaco, uno de los amigos de Guzmán que atraviesa la selva junto con él, o un niño que no se desprende del Polaco y sus armas ilegales –el Sordo-, van sumando nervio a ese ritmo de thriller que va tomando espesura y gana tensión a medida que va avanzando la historia.

Desalvo, de todos modos, cocina la receta a fuego lento, sin estridencias y sin efectismos y eso se debe a su pericia como director para crear los climas adecuados y a la firme conducción de sus actores, pero también a las sutilezas con las que el guion va acumulando las diferentes capas, sobreponiéndolas en la medida justa para llegar a un clímax que se presupone trágico pero que tiene sorpresivas implicancias.

El peligro al acecho, la persecución, la presa y el cazador están siempre presentes en el juego del protagonista / antagonista, no solamente disputando un territorio sino también una mujer y ese “trofeo” que se materializa en la figura de un yaguareté, símbolo del depredador que habita indirectamente en cada uno de los personajes y que vaga en la espesura de la selva, dispuesto a atacar y a lanzarse sobre el más desprevenido.

Después de su presentación en la edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2019 y su participación en otros numerosos festivales internacionales, finalmente podremos ver “EL SILENCIO DEL CAZADOR” el potente trabajo de Martín Desalvo que llega a la cartelera y podrá disfrutarse en la pantalla grande.

POR QUE SI:

» Thriller que va tomando espesura y gana tensión a medida que va avanzando la historia «