El seductor

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Relaciones peligrosas

Después de varios traspiés, a esta altura parece casi imposible que Sofia Coppola vuelva al nivel de sus primeras películas ("Las vírgenes suicidas" y "Perdidos en Tokio"). Por eso "El seductor" no resulta precisamente una desilusión, pero tampoco alcanza para redimir a la directora. El nuevo filme de Coppola está basado en la novela "The Beguiled" de Thomas Cullinan, que ya tuvo su versión en cine en 1971, con dirección de Don Siegel y Clint Eastwood como protagonista. La historia se sitúa durante la Guerra Civil de EEUU, en un internado sureño para señoritas. Allí llega un soldado enemigo herido, y las mujeres, por un principio cristiano, deciden darle refugio hasta que se curen sus heridas. La presencia de un único hombre en la casona empieza a alterar la relación entre las mujeres (adultas y adolescentes), que en silencio (y no tanto) se disputan la atención del soldado. La película se divide en dos partes. En la primera parte Coppola logra transmitir con sutileza la atmósfera de tensión sexual, rivalidad y manipulación que se vive en la casa. Colin Farrell no es Clint Eastwood, pero se las arregla. Enfrente se destaca Kirsten Dunst, que interpreta a una maestra tan exigente como frágil. En la segunda parte, una suerte de thriller opresivo, a la directora le falta pulso para definir el rumbo. Se enfoca demasiado en crear climas, mientras que los personajes, atravesados por muchas ambigüedades, terminan por parecer banales.