El secreto de Lucía

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Pareja despareja

El secreto de Lucía propone, como primera medida, el aporte de una trama inusual, que no se asemeja a ninguna ofrecida por el cine nacional en los últimos tiempos. Un mérito que, de todos modos, no es suficiente como para redondear un gran film, pero igualmente Becky Garello alcanza momentos interesantes en su ópera prima, desarrollada en gran parte en un viejo colectivo fileteado, que le otorga al film un toque de road movie. Una idea extravagante, arriesgada y aparentemente redituable moviliza a uno de los protagonistas, un porteño bohemio con inclinaciones artísticas no muy definidas que desea llegar a la calle Corrientes a como dé lugar. Para ello aprovecha las características físicas de un hombre que, sin tener los rasgos faciales clásicos de un enano, posee su altura. Así formarán un dúo con el que viajarán por el interior del país haciendo un peculiar show que alcanza relativo éxito. La protagonista que le da título al film interactuará con ellos artística y afectivamente, en situaciones en las que también intervendrá otro hombre, en ambos planos.

Con alguna amplificación forzada de conflictos amorosos, el film prosigue su marcha al igual que esa suerte de teatro ambulante, conformando una apuesta aceptable. La interesante dualidad del rol de Carlos Belloso está acompañada por correctas actuaciones de la bella Emilia Attias, Tomás Pozzi y Adrián Navarro, también como narrador de la historia