El secreto de Albert Nobbs

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

SE LE NOTA EL DISFRAZ

Rodrigo García es un director con buena mano para retratar el mundo de la mujer ("Con solo mirarte",) que aquí dirige una producción de Glenn Close, que llegó al cine tras un exitoso paso por Broadway. Está ambientada en Dublin, a finales del siglo XIX. Y enfoca un tema imposible para la época: una mujer debe disfrazarse de hombre para poder trabajar, aunque en este caso hay chicas trabajando en ese gran hotel con ella. La idea tiene un punto de partida interesante: tanto se disfrazó de hombre que sólo soñaba con casarse pero con una muchacha. Es decir el disfraz había prevalecido y al final lo falso había terminado siendo su verdadera identidad. Pero es tan lánguida, tan sin ganas, tan correcta y previsible, que todo se cae. Declamatoria, obvia, hasta el trabajo de Glenn Close suena estereotipado. ¿Cómo nadie se da cuenta que ese mesero discreto y servicial es una mujer? Sólo un nene de 6 años parece interrogarlo con la mirada. Lentos los irlandeses. El filme acumula clises para intentar denunciar el machismo y la intolerancia de entonces: trepador violento, aristocracia tilinga, borrachines gastados. Es una película sin vida que se disfraza de cine de calidad. Pero no hay caso.