El sacrificio del ciervo sagrado

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El nuevo film de Yorgos Lanthimos, "El sacrificio del ciervo sagrado", es una contundente pieza sobre la culpa y el inherente deseo de venganza. El sacrificio del ciervo sagrado es el sexto film del griego Yorgos Lanthimos, pero en realidad, le alcanzó con dos films para convertirse en un realizador de culto con un nombre instalado dentro de la cinefilia global.
En 2009, "Colmillos" fue la propuesta que lo puso en el candelero con la historia de ese padre que encerraba a su familia con la excusa de protegerlos del exterior, haciéndolos vivir una suerte de realidad paralela. Seis años después, llegaba la cosmopolita "Langosta", con producción poli europea y actores de Hollywood para narrar en forma de ¿comedia? cCómo un régimen tirano persigue a las personas solitarias.
"El sacrificio del ciervo sagrado" podría resumirse como un decantado de ambas películas, y también como la más abierta a capturar un público (un poco) más amplio. Las protección del vínculo familiar de "Colmillo", y lo surreal de "Langosta" hacen pie en esta historia que le suma venganza y hasta se anima a coquetear con el terror.
El Dr. Steven Murphy (Colin Farrell) es un cirujano con una vida que parecía perfecta. Tiene dos hijos, y está casado con Anna (Nicole Kidman), también médica.
Steven comienza una relación de amistad con Martin (Barry Keoghan), un joven de dieciséis años, que en verdad esconde un oscuro secreto. Es el hijo de un paciente que Steven no pido salvar durante una cirugía, y ahora busca venganza.
La sangre, con sangre se paga. Ojo por ojo. Martin quiere que Steven pase por el mismo sufrimiento familiar, y lo que hace es trabar una maldición sobre Anna y los hijos que los lleva a sufrir parálisis, hasta que Steven reconozca su mala praxis. Lanthimos y el co guionista Efthymis Filippou nos hablan de todo.
De los vínculos familiares y la obsesión por protegerlos, de la venganza ciega, del orgullo del ser humano que imposibilita reconocer un error sobre su pericia, de la dificultad de la ciencia en reconocer un hecho sobrenatural, y de las actitudes inconscientes ante actos desesperados, entre otras temáticas. Como dice el dicho, el que mucho abarca…
"El sacrificio del ciervo sagrado" es una propuesta dispersa. Si bien su premisa pareciera abocarse a un film de género Lanthimos pareciera tener que cumplir con los seguidores del culto que se formó a su alrededor por los dos films citados anteriores, y entrega un esquema ampuloso, que discurre entre dilemas filosóficos y planteos para un análisis superior.
La intriga de "El sacrificio del ciervo sagrado" no correrá tanto por su historia, como por su puesta apoyada en golpes de sonido, imágenes crípticas, y un ritmo lento pero que en determinados momentos aprieta las perillas para crear tensión. El método de dirección actoral de Lanthimos pareciera ser el de realizadores como Kubrick y Hitchcock, llevar al extremo a sus colaboradores.
Se desprende un nerviosismo entre las interpretaciones que se contagia al espectador que no da respiro, pero también agobia." El sacrificio del ciervo sagrado" pareciera ser esos films de transición, casi como una carta de (nueva) presentación. Por un lado apuesta por lo artístico, por no seguir los caminos fáciles, ni construir un relato tradicional.
Pero en comparación a sus dos propuestas anteriores más conocidas, se trata de algo más tradicional, sin tantas sublecturas, entramados, ni escenas incómodas. ¿Un film para para las premiaciones? Quizás. Yorgos Lanthimos satisface a sus fans, permite que su culto siga creciendo, y también pareciera dispuesto a que nuevos seguidores ingresen en su mundo.
Sin dudas, aunque "El sacrificio del ciervo sagrado" no sea su mejor film, se trata de un realizador con mirada propia y un universo muy interesante para contar.