El robo del siglo

Crítica de Germán Pérez - Negro&White

«En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores» palabras que resuenan ahora, 14 años después, en una película que Ariel Winograd dirige como un gran puntapié inicial del cine nacional. Protagonizada por Diego Peretti y Guillermo Francella El Robo del Siglo pone en relevancia el triunfo del chanta ingenioso y carismático… y es un muy buen triunfo.

En esta película el chanta es importante, ya que ese gran robo fue realizado por grandes chantas de lujo. Winograd se encarga que las personalidades de cada personaje agraden al público de la forma más natural posible. ¿Pero cómo puede agradar un chanta? eso es fácil porque todos lo sabemos… el argentino es un GRAN chanta.

Francella y Peretti funcionan de maravilla como un dúo imperfecto con un plan perfecto. Francella da lo mejor de sí en una actuación que no pide lujos de grandeza, sin embargo, el actor nacido en Buenos Aires hace un gran papel como «el hombre de traje gris», el uruguayo Luis Mario Vitette Sellanes y su carisma hace que su actuación sea la mejor en años. Peretti, en protagónico, logra destapar simpatía como el porrero zen, cerebro de la operación, Fernando Araujo. Pablo Rago, Mariano Argento, Rafael Ferro, Joahanna Francella (cumpliendo el rol de hija de Vittete, junto a su verdadero padre Guillermo, Luis Luque y Juan Alari complementan un elenco de ladrones, familia y policías. El Robo del Siglo es un gran trabajo en conjunto, los nombres y talentos encajan con sus papeles, en especial Luis Luque como Miguel Ángel Sileo, el verdadero bueno de la película.

Winograd y el propio Araujo se encargan de un guión que mantiene los modismos argentos de forma precisa y al mismo tiempo es dinámico y entretenido. Es inevitable reír al escuchar a Francella decir la palabra «Jamón» para hacerle entender a su hija que él se encuentra bien (la verdad es que todo no está Jamón realmente) o ver a Peretti informar al resto de la banda sobre «un orden natural» mientras fuma. Toda linea, todo intercambio de palabras, en El Robo del Siglo lleva a una sensación gratificante de entretenimiento. Dato interesante: El personaje de Peretti el 90% de la película se encuentra fumando.

Hay que destacar también que el diseño de producción en El Robo del Siglo no es poca cosa. Vemos una cloaca y vemos un túnel, no obstante Winograd y su talentoso equipo trabajaron en un estudio; las cosas se ven reales pero son de utilería y sí, el director triunfa siendo un gran ilusionista al demostrar realismo en un espacio artificial. El Robo del Siglo tiene una gran producción y distingue, en cada segundo, esa «mentira verdadera».

Se encuentra un vinculo muy importante entre la acción y reacción, y ese vinculo se da con el soundtrack que posee esta película. No hay treinta temas pegajosos que acompañan en todo el trayecto o una oleada de grandes clásicos internacionales, simplemente son contadas secuencias (incluido los créditos) que mantienen el ritmo justo acompañando la acción y reacción con grandes temas musicales.

Simpática de principio a fin, con un gran elenco que se luce en cada escena (además de una gran química entre sus dos protagonistas) y un enorme y satisfactorio trabajo de equipo detrás de cámara hacen que El Robo del Siglo sea una de las películas nacionales a destacar del año (y este año recién comienza). Para ver en cines, reír y pedir más de buen cine argentino. Valoración: Muy Buena.