El robo del siglo

Crítica de Denise Pieniazek - Puesta en escena

El robo del siglo, sigue en cartel y además de superar los 1.900.000 espectadores en el país, la película de Ariel Winograd tendrá el honor de clausurar el Festival de Málaga (13 al 22 de marzo), España.
Basada en el emblemático robo al Banco Río en Acassuso en el 2006 dicho largometraje del cine nacional resulta muy entretenido y además que utiliza acertadamente su presupuesto y diseño de producción. Es muy grato ver que después de para mi gusto desafortunada "Mamá se fue de viaje" Winograd vuelvs a sorprendernos con personajes verosímiles, pintorescos e ingeniosos (Diego Peretti, Pablo Rago) que unieron la fuerza y la técnica para realizar este gran robo.
El director de Cara de Queso, Mi primera boda, Vino para robar, Sin hijos y Permitidos, que suele moverse dentro del género de la comedia logra aquí no solo divertir al espectador sino que habrán algunas escenas también conmovedoras, gran mérito de las mismas es para la interpretación versátil de Guillermo Francella .
El robo que se torna metadiscursivo en si mismo puesto que es representado como una gran puesta en escena cuya función comienza abriendo una cortina que hace de telón, incluso con citas a Stanislavksy o Brecht. Este supuesto plan perfecto que cuando se efectúa logra producir en el espectador empatía con los protagonistas.
Con una música final que nos remite al western los ladrones dejan una huella en su supuesto plan perfecto: "Sin armas ni rencores en barrio de ricachones, es solo cuestión de plata y no amores". Mediante un epílogo final, como en un relato griego la hybris cometida especialemten por el personaje interpretado por Rafael Ferro.
Un elemento poco positivo es el contraste entre el film y su sistema de créditos final en el cual como la mayoría de las películas basadas en hechos reales comparte algunos datos. Sin embargo, el problema no es ese sino que la música de Andrés Calamaro cuya letra dice "basura de la alta suciedad" (1997) los critica a los ladrones mientras que todo el relato anterior que observamos los enaltece y produce identificacion con el público, hay allí una contradicción.