El rito

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

MANUAL PARA SER UN BUEN EXORCISTA

Una de las técnicas religiosas que más influencia ha tenido en el cine de terror es el exorcismo, el cual, pese a que hasta el momento el género está muy lejos de poder superar o por lo menos alcanzar lo que en 1973 William Friedkin logró en la cinta titulada "El Exorcista", muchos films intentaron recrear y aumentar su horror exitosa y erróneamente. "El Rito", lamentablemente, se deja llevar por las excesivas explicaciones y no muestra el potencial que en cada escena promete tener.

Un adolescente no sabe que hacer con su vida. Su futuro está marcado por dos caminos familiares: el trabajar en una funeraria o hacerse sacerdote. Él no quiere ninguna de las dos, pero opta, sabiendo que luego de cuatro años puede renunciar a sus votos, por la segunda opción. Una propuesta por parte de uno de los superiores le va a llamar la atención, la Iglesia está necesitando exorcistas y él parece ser el hombre apropiado para serlo. Lo que va a descubrir le va a cambiar la vida.

Teniendo en cuanta la temática que aquí se narra, es sorpresivo e inevitable decir que esta película no es de terror, es una cinta de suspenso que tiene sus momentos inquietantes y sus sustos, pero la intención de la misma no es asustar al espectador ni hacerlo pasar un mal momento en el cine, pese a que toca muchos de los clichés típicos del género. Es por esta precisa causa que el film falla.

La película se la puede dividir en dos partes muy contrapuestas y diferentes. Por un lado todo el comienzo, la introducción al tema, el planteamiento del conflicto y cada una de las distintas escenas que cuentan cómo el protagonista está tratando de entender qué es lo que sucede. En estos momentos el film tiene un solo objetivo y, salvo por algunos previsibles segundos en los que aparece algún gato repentinamente o se abren puertas con rapidez, no hay apariciones concretas del género. Lo que sucede aquí es un incoherente e innecesario planteamiento continuo sobre la existencia del Diablo, son muchos los momentos en los que el protagonista discute con sus superiores sobre el tema y son demasiadas las charlas y los diálogos que no llevan a ningún lado por el simple hecho de que no invitan al espectador a la reflexión. Para ellos el Diablo existe y no se permite, hasta se discrimina, a cualquier persona que les contradiga sus palabras y, principalmente, lo que en las escenas siguientes sucede es una demostración egoísta y soberbia sobre este planteamiento. No se dejan puertas abiertas para que el público saque sus conclusiones y no hay intención por hacer de cada uno de los discursos de los religiosos agotadores e irrespetuosos para con la religión.

Pero, y es allí donde la situación cambia, la segunda parte da un giro muy satisfactorio. Se olvida de todo planteamiento religioso y se va a la acción. Los exorcismos siguientes tienen muchos puntos en común con otros de diversas películas, hay muchas tomas que recuerdan a las desarrolladas en "El Exorcismo de Emily Rose" y se llama a la recreación de situaciones que ya se han visto numerosas veces en el cine, pero todo está filmado de manera muy realista, acentuando los cambios en los maquillajes de los personajes poseídos, de los azules de los distintos fondos y creando climas y atmósferas tétricas muy bien logradas.

Si la cinta no se hubiese detenido más de la mitad de su duración en dar explicaciones religiosas sobre la existencia del Diablo y llamando a la misma discusión entre la ciencia y la religión (aquí hay un ganador) de manera lenta, desinteresada y poco creativa, la película hubiese sido otra cosa.

Las actuaciones son el mejor punto del film. Anthony Hopkins desarrolla un personaje que tiene humor al comienzo y que al mismo tiempo habla mucho, situaciones en las que no se lo ve del todo lucido al actor, pero que cuando da el cambio durante la segunda mitad, acentuando esa inexpresión de su rostro (escena con la nena) y los cambios detallistas en sus movimientos, ahí se ve al fantástico intérprete. Colin O'Donoghue, Michael, está correcto, se destaca en los momentos en los que él da a entender sus miedos e inseguridades, pero no encarna bien cada una de las situaciones en las que defiende sus ideales. Alice Braga está bien en un rol que no la destaca ni la perjudica.

"The Rite" no es una película de terror, funciona mejor como una cinta de suspenso. Bien filmada, con actuaciones, en especial la de Hopkins, buenas y escenas muy bien logradas visualmente, pero que falla en ser lenta, al no presentar un conflicto atractivo y distinto, al no poder ser tomada en serio gracias a los sucesivos toques de humor que van apareciendo y al gastar la gran parte de su duración en explicaciones y planteamientos religiosos innecesarios. Una regular cinta que no aporta mucho a lo que ya se ha visto sobre los exorcismos.

UNA ESCENA A DESTACAR: sueño con "la muerte".