El rey león

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

SOLO UNA FOTO BONITA

A veces, las actualizaciones llegan pero pareciera que se utilizan sólo para algunos aspectos. Es el caso de El rey león, en el que aparece una clara búsqueda para lograr una animación cada vez más realista, pero que no replantea ciertos aspectos del guión. Estos personajes se presentan tan en pose fotográfica que traban la fluidez del film en pos del artificio.

Cuando hablamos de remake siempre ingresa una gran mochila que parece ser la historia ya conocida. Es verdad que en cierta forma saber de antemano los giros de la historia puede apagar cierta curiosidad por lo que va a pasar. Pero si todo está bien, esto debería suplirse con la forma en la que está realizada la película. En El rey león, que no hayan modificado la historia original no sorprende porque son pocos los cambios que Disney ha hecho a sus películas originales. Pero en este caso, al ser los personajes todos animales, uno hubiera esperado que ciertos diálogos se adecuaran a la nueva fisonomía que adquirieron, una versión muy realista.

La historia es la misma que El rey león de 1994. El nacimiento de Simba reflota el enojo de Scar, el tío, quien ve cada vez más lejano su anhelo de ser rey. Él será el encargado de que este abandone su hogar sintiéndose culpable de un pesar familiar y del pueblo. Simba realiza su camino por fuera de su familia y aprende a vivir con otros códigos. Encuentra nuevos valores, pero también la experiencia le permite crecer por fuera de la sombra de su padre.

Por momentos, uno pareciera estar dentro de un programa de National Geographic. La animación es sumamente expresiva y la fotografía es realmente bella, aunque esto no se da de forma natural. Es forzoso el intento por mostrar a los personajes en pose. La estética se posiciona muy por encima de la historia y no trabajan en conjunto. En sintonía con esto, las voces parecen no encajar, resultan extraños los diálogos cotidianos ante tanto artificio visual. Es por eso que lo momentos en los que la acción predomina y las voces callan, el film fluye con mayor dinamismo y hasta logra mejorar.

Por suerte, Timón y Pumba siempre fueron lo mejor y lo seguirán siendo. Si hay un punto en el que se quiebra la seriedad es con estos dos personajes. Aún con algunas fallas en los gags que proponen, estos dos personajes le otorgan aire a este film tan cargado de imágenes imponentes pero vacías de contenido.

Es imposible negar que el modo de la animación genera cierta ternura, pero el recurso se acaba muy rápido, tornándose pretencioso y falto de contenido. No se le encuentra una razón más que el mero impacto visual y no toma fuerza con el contenido de la trama.