El rey león

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

"El Rey León" nació en 1994 como una producción de Disney con intervención de animación por computadora. La idea era de fines de los "80, cuando se reunieron el sobrino del legendario Walt Disney, Roy; Jeffrey Katzenberg (luego fundador de DreamWorks) y un ex integrante de los Niños Cantores de Viena, Peter Schneider, director de orquesta de tradición wagneriana. Charlie Fink, creativo y vicepresidente de Disney dio el toque final al proyecto.
La película "El Rey León" tuvo dos directores, Robert Minkoff y Rogers Allen; y tres guionistas, Linda Wolverton, Irene Mecci y Jonathan Roberts; con la música de Hans Zimmer, Elton John y Tim Rice. Costó 45 millones de dólares y hasta el estreno de esta nueva versión recaudó más de 968 millones de dólares y logró que Simba, sus amigos y sus canciones fueran amados por chicos y grandes. Vuelve ahora la historia de Simba, el pequeño león que, habitante de la sabana africana y heredero del Rey Mufasa, es engañado por su tío y huye del hogar para volver años después a recuperar el reino.

OTRA MIRADA
Convertida en una versión live action por computadora, la actual "El Rey León" no difiere prácticamente en nada de su versión original desde el punto de vista del argumento. Sin embargo, hay algunas reelaboraciones en la duración de ciertas secuencias, el alargamiento o acortamiento de la intervención de ciertos personajes (las hienas) y algunos cambios en los diálogos, como la incorporación de cierto tono de improvisación en algunos de ellos (la charla que une a los divertidos difusores de "Hakuna Matata", Pumba y Timón, la suricata y el jabalí que protegen a Simba en su exilio).
En cuanto a la música, a los mayores éxitos de la primera versión, que se mantienen (incluso el de Elton John "Nunca es demasiado tarde"), se incorpora "Espíritu", por Beyoncé, mientras que la conocida "Puedes sentir el amor esta noche" la une con Donald Glover.
"El Rey León" seguirá gustando a los nuevos chicos de 2019 y a sus padres a pesar de todo. Porque chicos y animales concentran todos los gustos en una película, aunque estén intervenidos por computadora. Los que vimos la primera versión extrañaremos la expresividad y los sentimientos que las sonrisas y gestos de personajes como Mufasa y Simba transmitían, aunque no los que sólo conozcan ésta.
No notarán la similitud de todas las leonas, o lo destartalado que luce Scar. Pero sí disfrutarán como los antiguos espectadores el despliegue visual del comienzo, cuando todos los animales de la comunidad de Mufasa acuden a saludar a Simba. Y también ellos escucharán los consejos de Mufasa sobre el valor de tener responsabilidad o mirar el cielo para sentir a los antepasados mientras el círculo de la vida se reinicia. Miradas para todos.