El rey león

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Disney sigue con la tendencia de reflotar éxitos y convertirlos en películas de acción en vivo, y El Rey León, el clásico de animación de 1994, regresa con lo último de la tecnología y crea un universo hiperrealista concebido en CGI.

El cachorro de león, Simba, heredero del trono, es acusado por su malvado tío Scar -con voz de Chiwetel Ejiofor- por la muerte de su padre Mufasa y debe exiliarse. Ya de adulto, y en compañía de sus amigos, regresará para recuperar lo que legítimamente le corresponde.

La nueva versión dirigida por Jon Favreau -quien también realizó El libro de la selva- no se separa demasiado del filme original y apuesta a lo seguro: un relato de tono shakesperiano ambientado en la sabana africana, en medio de una trama nostálgica marcada por nefastas alianzas políticas para alcanzar el poder, traiciones y canciones que descomprimen el tono oscuro de la historia. 

Reflotar un título de gran anclaje en el imaginario popular tenía sus riesgos y el realizador va al grano con una magnífica puesta en escena, animación de alto impacto y un marco escenográfico que no deja detalles librados al azar. De este modo, desfilan el héroe convertido en adulto -con voz de Donald Glover-, la leona Nala -Beyoncé-, que podría tener más peso como la princesa Jazmín de la reciente Aladdin, y los inseparables Timón -Billy Eichner-y Pumba -Seth Rogen-, loscompañeros deSimba que sortean obstáculos, imprimen la cuota de humor y lo ayudan a enfrentar a las temibles hienas.

Están logrados los momentos de tensión y peligro que atraviesan los cachorros, aunque la batalla final luce algo apurada para llegar al desenlace. En tanto, las cancionesEl Círculo de la Vida y Hakuna Matata reviven la emoción del clásico, junto a Spirit, de Beyoncé.

Para los memoriosos, El Rey León -que también tiene su versión musical en Broadway- no trae sorpresas pero sí para aquellos que nunca la han visto. Disney acerca el producto a un público masivo que vivirá las aventuras de los animales que están en perfecto equilibrio con el medio que habitan y deben evitar que el malvado de turno se instale en el poder. En tanto, el rugido de Simba se expande una vez más en la sabana.