El rey Arturo: La leyenda de la espada

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Más Armando que Arturo.

Arthur es un joven que crece en las calles de Londinium administrando un burdel. Un día es arrestado y enviado a una isla donde consigue sacar la famosa espada de la piedra. Se le revela que esto es posible por ser el heredero de sangre del fallecido Rey Uther, cuyo hermano Vortigern ha usurpado el trono. Arthur debe confrontarlo para reestablecer el linaje real y salvar a Inglaterra del yugo de su tío.

Rey Arturo tiene una clara estructura tradicional con sendas escenas de acción bien establecidas y ejecutadas. Una de esas historias que el espectador puede anticipar su desarrollo pero también disfrutar de su recorrido. No obstante, debo aclarar que la película hace un fuerte abuso del flashback y el flashforward (adelantándose a los eventos), que al inicio parece interesante pero su exceso termina por quitarle todo el misterio de cómo va a terminar la historia.

Aparte, en materia dialogo, no pocas veces incurre en formas de hablar que ni a cañonazos podrían haber existido en la época Artúrica. También debe decirse que incurre en la reiteración de ciertos recursos, más como relleno que recordatorio. Todas estas falencias se acrecientan pasada la segunda mitad de la película, donde la duración dos horas parece alargarse cada vez más.

No obstante la película trata de establecer un tema sobre el poder, con Arthur y Vortigern como las dos contracaras del deseo por el mismo. Vortigern es capaz de hacer lo que sea, mientras que Arthur no está interesado en tenerlo. A menudo la narración se vale de este desarrollo temático, pero no pocas veces lo olvida.

Si bien los decorados y efectos visuales son impecables por su sola presencia, la manera en las que son usados fotográficamente es donde más se nota el estilo de su realizador. Pasándoselos en limpio, la primera mitad de la película es Snatch en la época Artúrica y la segunda es Sherlock Holmes en la misma época, por lo menos visualmente.

Charlie Hunnam, en lo que a las escenas de acción refiere, lleva con dignidad el protagónico, pero cuando la escena tira más para el lado del dialogo salta a la vista que no se mimetiza con el lugar y el tiempo en donde está ambienta la historia; parece un joven de la actualidad llevado a esa época. Jude Law entrega un decente trabajo como el antagonista de esta leyenda, aunque por momentos sucumbe a unas exageraciones que no dejan un buen sabor de boca. No obstante, debo destacar a Aidan Gillen (Littlefinger de Game of Thrones), en un carismático desempeño como uno de los aliados de Arthur.

Conclusión:
Rey Arturo es una película que promete acción y aventura, y las entrega al menos en secuencias específicas. Pero las escenas que guían a esos momentos son las que le restan puntos a la película como un todo.

Estoy completamente a favor de que no se abuse del romanticismo a la hora de retratar una época. Pero es muy distinto que, al desear retratar cierto realismo (al menos desde el punto de vista de la mitología), se incurran en anacronismos y preciosismos visuales que, en vez de complementar, terminan por desviar la atención de la historia que se cuenta.