El renacido

Crítica de Leonardo González - Río Negro

"El renacido", supervivencia al límite

Hugh Glass fue uno de los exploradores que dejaron su huella en la historia de los Estados Unidos. No se conoce mucho de sus orígenes, pero sí que se hizo famoso por realizar un viaje de más de 320 kilómetros después de haber sido atacado y herido violentamente por una osa grizzly que le destrozó la garganta, le rompió una pierna y le comió parte del hombro. Glass fue dado por muerto y abandonado por dos de sus compañeros -John Fitzgerald y Jim Bridger-.

Para encontrar ayuda tenía que ir hasta el Fuerte Kiowa, entonces comenzó a arrastrarse. Para sobrevivir hizo cosas como utilizar gusanos para que le comieran la carne muerta y así evitar la gangrena, comió bayas silvestres y raíces, hizo una balsa rudimentaria hasta que fue encontrado por unos nativos que le cosieron las heridas y lo ayudaron a llegar a destino. Después de una larga recuperación, fue en busca de Fitzgerald y Bridger para vengarse. Al segundo no le hizo nada, supuestamente debido a su juventud, y Fitzgerald se había enlistado en el Ejército y matar a un soldado estaba penado con la muerte. Esta odisea fue retratada, aunque los nombres son otros, en la película "Furia salvaje" (1971), protagonizada por Richard Harris. 45 años después esta historia vuelve a la pantalla grande de la mano del mexicano Alejandro González Iñárritu y del próximo -sin lugar a dudas- ganador del próximo premio Oscar al Mejor Actor Leonardo DiCaprio.

Lo que se cuenta en este largometraje es, prácticamente, la historia relatada arriba, con algunos cambios sustanciales. Por ejemplo: Glass (DiCaprio) emprende su venganza no sólo porque es abandonado a su suerte sino también porque su hijo es asesinado por los hombres que debían cuidarlo (no hay registros de que el verdadero tuviera un hijo). Otra variación es que los traficantes de pieles francesas, acá retratados como antagonistas, en realidad lo ayudaron a regresar a salvo. Y el final que… Tranquilos, nada de spoilers. Sólo vamos a decir que las escenas finales fueron las que se filmaron en nuestro país.

Los primeros 30 minutos son gloriosos, filmados de una manera impresionante con una fotografía increíble, cortesía de Emmanuel Lubezki. La escena en que la expedición es atacada por los indígenas es cruda, realista, violenta, tan bien hecha que es casi comparable a la del desembarco en Normandía de "Rescatando al Soldado Ryan" (1998). Perfecta. Inárritu elige una manera de filmar y de poner la cámara que, al principio, sirve perfectamente al relato pero que con el correr del tiempo atenta con el propio filme. Hace uso y abuso y lo que logra es irse de la historia, y para cuando la retoma -casi al final- es tarde. DiCaprio, que para este filme aprendió a disparar un mosquete, a hablar dos lenguajes de nativos americanos (Pawnee y Arikara) y hasta devoró en una escena un pedazo de hígado crudo siendo él vegetariano sólo para darle realismo a la toma, está soberbio en su actuación. Como nunca. El actor está muy bien acompañado por Tom Hardy, Will Poulter y Domhnall Gleeson (es el Samuel L. Jackson blanco, ya que aparece en todas las películas importantes).

"El renacido" encabeza las nominaciones a los Oscar con 12, entre las que están Mejor Actor, como dijimos, Película y Director.

Un filme que retrata el espíritu de supervivencia y lo que puede hacer un hombre llevado a circunstancias extremas. No se lo pueden perder. Ah, y hagan campaña por Leo porque, insistimos, verdaderamente se lo merece.