El renacido

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El director mexicano Alejandro G. Iñárritu entrega una película de aventuras de extremo realismo y con un solvente trabajo de Leonardo Di Caprio. El film está nominado a 12 premios Oscar.

Inspirada en hechos reales, El renacido es la nueva creación del mexicano Alejandro G. Iñárritu -Birdman, la ganadora del Oscar el año pasado- que está postulada para 12 premios de la Academia de Hollywood, incluyendo el de "mejor película". Un crudo retrato sobre la supervivencia es el que plasma el director de Amores perros en este inhóspito ambiente del oeste americano en 1823.

El explorador Hugh Glass -Leonardo DiCaprio- es un cazador de pieles que es atacado por un oso y abandonado por los miembros de su propio equipo. Malherido y lejos de su hogar, junto a su hijo mestizo, Glass emprenderá a duras penas la búsqueda del hombre que lo dejó librado a su suerte y traicionó, John FitzGerald -Tom Hardy-, en medio de un invierno brutal y una sangrientas guerra entre tribus nativas.

Con un registro pleno del cine de aventuras -el antihéroe enfrentando varios obstáculos para sobrevivir-, el realizador logra a través de una historia simple capturar la atención del espectador a lo largo de más de dos horas y media. Los temas del hombre enfrentado a la naturaleza y la defensa de la familia aparecen, junto a la venganza, como motores de un relato que sacude.

Y no tiene que ver solamente con la precisión narrativa y la belleza de los escenarios naturales registrados magníficamente por la fotografía de Emmanuel Lubezki, sino también por la brutalidad de las situaciones que se presentan. El comienzo con el combate contra los indios y el ataque del oso resultan de extremo realismo e impactan por igual, sin mencionar otras escenas que aquí no adelantaremos.

Rodada en exteriores de Canadá y Ushuaia, en medio de una nieve que se va transformando en rojo sangre, la trama progresa con pocas palabras, mucha violencia y tópicos del western. Di Caprio entrega un impresionante trabajo actoral que lleva a su personaje a un gran proceso de transformación, mientras Tom Hardy sorprende por los matices de su rol antagónico. Ambos arrastran al público a una batalla sin límites.