El reino secreto

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

La señorita del capullo

La película “El reino secreto” recrea maravillosamente la naturaleza y plantea un debate sobre la entrega y el compromiso social. Nuestro comentario de la película.

Épica, se llamó esta película en su país de origen, Estados Unidos, y su historia realmente lo es. Una joven que visita a su padre en un apartado bosque descubre que sus locuras de científico, las que lo alejaron prácticamente de la sociedad, tienen un fundamento. Pero al principio eso no parece posible. Es que Mary Katherine es una chica escéptica, incluso respecto a la cordura de su progenitor, hasta que un hecho maravilloso le cambia la vida.
De repente, el reino secreto del que habla el título en castellano se apodera de ella y la lleva a experimentar una aventura asombrosa, de gran aliento, en la que el amor se interpone como una luz en la batalla entre las poderosas fuerzas del bien y del mal.
En ese mundo secreto que habita "allí donde, si nos quedamos un rato quietos en mitad de un bosque, veremos sucedes cosas increíbles", Katherine pasa a tener cuatro centímetros de altura, y puede tutearse con los caracoles, los pájaros, las flores, los hombres hoja, y sus archienemigos, quienes quieren robar el capullo original para que el verde de la floresta muera para siempre.
Si bien el argumento es consistente, las palmas se las lleva sobradamente la animación de esta película. Detrás de ella está Chris Wedge, un nombre puede resultar desconocido, hasta que sabemos que fue el responsable del filme La era del hielo.
La naturaleza, ambiente mágico que largometrajes de aventuras dibujadas y de acción real han representado de gran manera, es en El reino secreto una extraordinaria protagonista. La fisonomía y la personalidad de la flora y la fauna, desgranada en sus miles de formas, es para el asombro y la admiración. Sirve para explicar hasta dónde llega el trabajo de los guionistas y su interacción con los diseñadores, pues se nota que hay cientos de horas de trabajo y muchísimas más neuronas puestas en accionar cada movimiento y dar organicidad al personaje a medida que se desenvuelve la historia.
Entre los varios subtemas que despliega el argumento, hay uno que tal vez es un guiño no del todo complaciente con personas como las que retrata la figura del científico, el papá de Mary Katherine, que yendo tras una pasión que conlleva un gran compromiso social, lo arriesga casi todo, incluso el sustento de su núcleo afectivo, que entra en tensión con él.¿Películas para toda la familia? Buen asunto para comentar después de la función.