El reino secreto

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Mi capullito de alelí

Chris Wedge, director de la primera La Era del Hielo y la querible Robots, volvió al cine de animación luego de 8 años con El Reino Secreto (Epic) para brindar una propuesta familiar que si bien no supone un regreso a la altura de las películas mencionadas se destaca por su mensaje protector de la naturaleza y el apartado técnico sobresaliente.

Mary Katherine es una adolescente que acaba de perder a su madre y regresa a su casa de la infancia para intentar recomponer la relación con su padre, un científico obsesionado con la naturaleza que cree en la existencia de unos pequeños habitantes del bosque que se encargan de mantener equilibrado el ecosistema. Luego de un mágico episodio MK es reducida en su tamaño debiendo ayudar a los Hombres Hoja y los habitantes del bosque en una cruenta batalla contra las poderosas fuerzas del mal que quieren pudrir la selva.

El Reino Secreto consigue a lo largo de sus 100 minutos contagiar ese mensaje de amor por la naturaleza, algo que sin dudas no es poco. El problema es que sus intentos por llevar ese encargo por medio de una dimensión un poco más placentera y menos solemne falla y bastante. MK no resulta ser una protagonista con la gracia y empatía suficiente para encarrilar una trama que descansa casi en su totalidad en el desarrollo de su personalidad y maduración. Por otra parte tenemos a un caracol y una babosa, además de un ¿ciempiés?, que son los encargados de llevar adelante los segmentos cómicos de la película de animación. Por momentos conseguirán liderar la batuta y consentirse en los comic relief, pero lamentablemente por la falta de variantes y repeticiones en sus gags no podrán contagiar su gracia a los más chiquitos y mucho menos a los más grandes generando que una cargosa solemnidad se apodere de la obra.

Más allá de las fallidas cuestiones que cité más arriba de El Reino Secreto, siempre es bienvenida una propuesta original que intente y logre llegar a los más pequeños con un mensaje que sepa diferenciarse del resto en su cometido. Sin dudas la buena traslación de sus intenciones y el increíble apartado técnico, donde las largas batallas en 3D valen cada peso de su entrada, son las principales atracciones con las que cuenta la vuelta de Chris Wedge a la gran pantalla para ser acompañada por las familias argentinas, aunque de haber ajustado un poco más el humor de sus personajes secundarios (algo que supo explotar de sobremanera en La Era del Hielo) y principalmente el carisma de su heroína hubiésemos estado en presencia de un producto mucho más redondo e interesante.