El quinto poder

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

El problema principal de El quinto poder es el no poseer una identidad de película de ficción propiamente dicha, porque si bien está basada en hechos reales al igual que muchas producciones, ésta tiene la particularidad de que la historia es muy reciente e incluso aún es noticia. Por lo cual a priori parecería prematuro un film sobre Wikileaks.
Basándose en los libros Inside WikiLeaks: My Time with Julian Assange and the World's Most Dangerous Website (2011) de Domscheit-Berg y WikiLeaks: Inside Julian Assange's War on Secrecy (2011) de los periodistas del diario The Guardian David Leigh y Luke Harding, el director Bill Condon y el guionista Josh Singer fallan en mantener un ritmo atrapante y caen -claramente sin quererlo- en el pseudo género docu-ficción.
Y aquí es donde surge la pregunta si a lo mejor no era conveniente (en términos narrativos) agregarle “más pimienta” a la trama porque la película aburre pero el concepto es buenísimo.
Pero al respetar fielmente la realidad, aunque muchos expertos dicen que tampoco es así, se pierde el concepto cinematográfico y pasa a ser más que nada un documento periodístico y encima con fallas graves, siendo la más destacable que en muchos momentos se mencionan grandes cantidades de archivos secretos que se subieron online y que fueron importantísimos pero no se esclarece de qué se trataban ni por qué tanto alboroto salvo la parte de los informantes.
Más allá de la historia y el vaivén de género, la película está muy bien protagonizada por Benedict Cumberbatch, quien se está consolidando como gran estrella, y secundado por otra de las grandes sorpresas del año: Daniel Brühl, que hace muy poco brilló en la genial (pero lamentablemente no popular) Rush.
Bill Condon quiso pegarle un volantaso a su filmografía luego de las lamentables últimas dos partes de la Saga Crepúsculo que dirigió, pero entrega un producto con demasiados “peros” y pocos aciertos.
El quinto poder es una película que se adelantó unos años y que tal vez con el tiempo pueda ganar pero ahora su resultado fílmico es inequívoco: aburrida y con identidad difusa. Solo apta para quienes estuvieron muy metidos en la polémica wikileaks.