El puerto

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

CUENTO DE HADAS

El finlandés Aki Kaurismaki es uno de los directores mimados por la crítica. Haga lo que haga, siempre será exaltado. Esta vez se muda a Francia con sus personajes, una galería de seres fracasados, derrotados, solos, distintos Y nos trae un cuento de hadas, lineal y lleno de buenas intenciones. Su cine es el de siempre: austero, básico, absurdo; también pesado, ingenuo y distante. Sus personajes son afectuosos pero van cuesta abajo. Y por eso suena Gardel en la radio para recordarnos que "que en el mundo no cabía/toda la humilde alegría/ de mi pobre corazón".

Habla de la inmigración, de cómo Francia va cerrando sus fronteras, de los prejuicios y los miedos. Y dice que la solidaridad y la tolerancia pueden hacer milagros (cura a una enferma incurable y salva a un insalvable) y que sólo en las pequeñas historias y en los seres más simple todavía hay esperanza. Pero es tediosa, elemental, muy explicada. Y hasta con un policía reivindicado en un final que nos hace acordar a "Casablanca". Para muchos, una joya insuperable. Para otros -entre los que me incluyo- un cine hecho de poses, medio lánguido y algo artificioso.