El príncipe de Persia

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

PERSEVERA Y TRIUNFARÁS

Varios son los videojuegos que llegaron a la pantalla grande, pero no podemos decir que todos lograron satisfacer las expectativas tanto de los fanáticos como de los espectadores corrientes. Año tras año tuvimos que sufrir con malas adaptaciones - muchas de ellas consideradas algunas de las peores películas de la historia - como SUPER MARIO BROS. (1993), HOUSE OF THE DEAD (2003), DOOM (2005), SILENT HILL (2006), HITMAN (2007), la saga de RESIDENT EVIL o muchas otras. Pero el cine siempre nos sorprende. Ya sea con la película sobre el videojuego más sangriento de lucha (MORTAL KOMBAT), con el film de acción que catapultó a Angelina Jolie a la fama (LARA CROFT: TOMB RAIDER) o con la nueva aventura de Disney, EL PRÍNCIPE DE PERSIA: LAS ARENAS DEL TIEMPO (2010), dirigida por Mike Newell (HARRY POTTER Y EL CALIZ DE FUEGO).

Después del estreno de la exitosa PIRATAS DEL CARIBE: EN EL FIN DEL MUNDO (2007), y al ver que el género de aventuras tan bien les había funcionado, Walt Disney Pictures y el productor Jerry Bruckheimer se pusieron en búsqueda de una nueva franquicia capaz de otorgarles tantas ganancias como la trilogía protagonizada por Johnny Depp. Así fue como dieron con un popular videojuego de plataforma creado a fines de los 80, llamado “El Príncipe de Persia”, y aprovecharon para filmar una adaptación de este haciendo unos cuantos millones mientras pensaban en la cuarta parte de la saga de los piratas. Y es que, en resumen, EL PRÍNCIPE DE PERSIA: LAS ARENAS DEL TIEMPO es eso: Un film para mantenernos dentro del cine hasta que PIRATES OF THE CARIBBEAN: ON STRANGER TIDES (9 de Junio 2011) se estrene. Pero esto no quiere decir que sea una mala película porque, si desde el principio la plantearon solo como una aventura para toda la familia, entonces no hay nada de malo en ella. El film no aspira muy alto y en ningún momento supera a PIRATAS DEL CARIBE - tal vez sí a la última de sus secuelas -, pero también brilla por si solo con espectaculares escenas llenas de adrenalina, actuaciones correctas y una historia entretenida y para nada compleja que nos presenta a Dastan (Jake Gyllenhaal), un huérfano adoptado de niño por el rey de Persia, que crece para convertirse en un rebelde príncipe. En medio de traiciones y muertes familiares, el destino convertirá a Dastan en héroe cuando una daga con el poder para volver en el tiempo caiga en sus manos. Acompañado por la bella princesa Tamina (Gemma Arterton), el príncipe cruzará el desierto para vengarse de Nizam (Ben Kingsley), su perverso tío que buscará usar la daga para convertirse en el nuevo Rey de Persia.

Hay que reconocer que, dejando de lado algunas fallas en el guión, la historia es redonda, original - para lo que el género nos tiene acostumbrados - y logra entretener durante sus 116 minutos de duración presentando todos los elementos necesarios para considerarla una película de aventuras. Llevándonos por paisajes espectaculares, EL PRÍNCIPE DE PERSIA: LAS ARENAS DEL TIEMPO incorpora varios simpáticos personajes, escenas de acción bien filmadas y algunas dosis de inocente humor. Pero también presenta momentos que están de más, que alargan y aportan muy poco a la trama (Ejemplo: La presentación del personaje de Alfred Molina, la escena de los avestruces o el extenso final), explicaciones incoherentes o rebuscadas (como el rídiculo plan de Nizam), y viajes temporales que no encaja del todo en este tipo de films al estar mal planteados, peor aprovechados y no muy bien explotados dentro del guión. Sumando que sus efectos especiales no son de los mejores que se han visto en el cine, que cuenta con algunos lugares comunes dentro del género y que el director Mike Newell dejó su talento artístico de lado para contar una historia que, de a momentos, es visualmente chata, tenemos entonces una película divertida pero simple, que no decepciona pero que tampoco nos deja con muchas ganas de ver más.

Sin embargo, como Hollywood es Hollywood, nos esperan varias secuelas de PRINCE OF PERSIA por delante. Sin duda será una buena oportunidad para explotar aún más los mejores exponentes de esta primera parte: Las escenas de acción llenas de adrenalina y muy fieles al videojuego (en las que Dastan salta y hace piruetas al mejor estilo Parkur), las buenas actuaciones (entre las que se destacan las de Alfred Molina y Ben Kingsley), y la química entre los dos protagonistas Jake Gyllenhaal y Gemma Arterton, quienes son la perfecta pareja de aventuras y que, con su relación de amor-odio, nos recuerdan a personajes tan entrañables como Han Solo y Leia en STAR WARS, Rick O’Connell y Evelyn en LA MOMIA (1999), o Indiana Jones y Marion (o alguna de sus otras chicas) en la saga del legendario aventurero. Ella al fin lograr mostrar todo el talento y belleza que no pudimos apreciar en FURIA DE TITANES (2010). Aunque su personaje es a simple vista el estereotipo de la princesa insoportable, Arterton resulta ser muy divertida y para nada cansina. Gyllenhaal, por su parte, logra soportar el peso de la película en sus hombros con una buena interpretación, pero sus papeles previos (SECRETO EN LA MOTAÑA, BROTHERS, ZODIAC, JARHEAD) lo encalillaron en géneros y personajes “serios” que nada tienen que ver con EL PRÍNCIPE DE PERSIA, causando que su Dastan no sea del todo creíble y no termine de convencer. Aun así, su picardía y su destreza lo vuelven un héroe simpático, muy parecido a lo que queríamos ver en la ROBIN HOOD (2010) de Ridley Scott, pero nunca a la altura de Jack Sparrow.

Dejando de lado las comparaciones con PIRATAS DEL CARIBE, la fidelidad que tenga o no con respecto al videojuego, las críticas que la acusan de ser un film bobo, o el rebuscado trasfondo político que le dan algunos y que comparan la invasión a la Tierra Santa de Alamut con la guerra en Irak (¡!), EL PRÍNCIPE DE PERSIA: LAS ARENAS DEL TIEMPO no es nada más que el comienzo de la nueva franquicia de Jerry Bruckheimer: Una clásica aventura muy entretenida, con mucho potencial para convertirse en una buena saga.