El Polonio

Crítica de Fernando López - La Nación

"Más que pobladores, somos pacientes", dice Natalia Martínez, en torno de cuya figura se organiza el breve relato de El Polonio. En ese balneario natural uruguayo procurado en el verano por el turismo menos convencional pero apenas habitado en invierno por unas pocas decenas de seres que eligen vivir en contacto con la naturaleza y buscan en la soledad de las desérticas dunas algún alivio espiritual, ella se esfuerza por superar antiguos dolores y avanzar hacia el encuentro de alguna paz interior. El cabo Polonio, con su imponente soledad, con la inmensidad de sus arenales junto al mar, sobre los cuales la luz dibuja paisajes infinitos y cambiantes y con su silencio apenas interrumpido por las voces de la naturaleza, invita a la espiritualidad. Las exigencias de la vida cotidiana -muchas, si se tiene en cuenta que no hay allí luz ni gas ni agua corriente y que el precario hogar apenas la protege del viento y el frío- ocupan buena parte de su tiempo. Además, están la compañía de los perros, el mate indispensable, la ocasional visita de los vecinos con los que intercambia confidencias ("todos están aquí por algo", dice), y la voz de la radio que le acerca la palabra de algún gurú oriental y también un poco de música. Todavía necesita la contención de una psicóloga, a la que visita en Montevideo, quizá con menos frecuencia de la que debería porque el regreso a la ciudad le trae los más tristes recuerdos del pasado. Pero sabe que va por buen camino.

Lo mejor que tiene este pequeño retrato de un personaje que como otros ha encontrado en ese rincón de la costa uruguaya su lugar en el mundo es, por un lado, su sinceridad y su sencillez, y por otro, la sensibilidad de los realizadores Rosenfeld y Garisto y del responsable de la fotografía, Federico Luaces, tanto para atrapar la belleza del paisaje como para acercarse a Natalia y a los demás con la discreción suficiente como para que la mirada conserve su respetuosa calidez sin interferir en la naturalidad. El film intervino en la competencia del reciente Festival de Mar del Plata.