El plan divino

Crítica de Florencia Fico - Cine Argentino Hoy

¿Se van a quedar para vestir santos?. Crítica El plan divino.
La Iglesia abrió sus puertas al humor con los intérpretes Gastón Pauls y Javier Lester. El guión sacó viejos lemas para convertirlos en ingeniosos chistes sobre las anticuadas líneas del evangelio. La dirección y actuación de Víctor Laplace continúa una mirada risueña de la institución espiritual ya sea por la insinuación y sus contradicciones. Por. Florencia Fico.

El argumento del filme “El plan divino”, se traslada a una iglesia chica en la selva misionera, residen dos monaguillos Eustaquio (Gastón Pauls) y Heriberto( Javier Lester). A ellos los dejaron de pequeños y tuvieron su crianza como hermanos con el apadrinamiento del Padre Roberto(Víctor Laplace), un adulto mayor quien los motivó a los dos y en éste momento está complicado de salud, tienen que asistirlo y resguardar. Eustaquio tiene como fin ser el próximo líder de la Iglesia y Heriberto se enamoró de María(Paula Sartor), una bella e intrigante muchacha, que ni lo registra. Ellos confrontarán uno de los primeros conflictos existenciales que los conducirán a hacer un peligroso plan, “un plan divino”. Claro que lo ideado no sale como quieren, y el destino abajara resultados inesperados para éstos “antihéroes”.

La dupla dinámica Gastón Pauls y Javier Lester rememoran el clown en sus papeles como Eustaquio y Heriberto sacan sus payasos internos con juegos de manos, el cuerpo como vía para dar comedia absurda y grotesca sin la carga peyorativa si no en el amplio espectro en la expresión corporal. Los dos personajes que componen al reparto son Víctor Laplace casi irreconocible también se une al clan de la risa un párroco insolente y contestatario encaja perfecto para obtener un humor ácido y agridulce. Paula Sartor como María porta la madurez como actriz, una joven de pueblo pero con actitud incitante.

La dirección de Víctor Laplace se ancló en el texto de Rafael Bruza “Niños expósitos” recreando un ambiente sacro y comicidad negra. En la obra de Burza los monaguillos tienen el proyecto de matar al cura que los sujeta a su disposición y en las últimas aunque sobrevive el pensamiento de la supervivencia de la fe.

El guión de Leonel D`agostino hace analogías con la Biblia la figura de Judas como figuración de Eustaquió, la “culpa” como cómplice del crimen en “Heriberto”, la “procesión” que vive el Padre Roberto, la “Virgen María” y “Dios” como personificación de ciertos personajes en tono chistoso, “sodoma y gomorra” como sinónimo de las situaciones perversas en la trama y para justificarlas usa ocurrente la historia de Juan y Abraham.

La fotografía de Agustín Alvarez empieza con un plano aéreo de la naturaleza, la cual se incorpora como un protagonista más. Emplea el contrapicado en un entierro de forma impecable con un mensaje que subyace el poderío del cristianismo envestido de su jerarquía sobre el hombre asimismo el tratamiento especial de la iluminación con luz natural, tenue a veces sombreada a la vez se genera un efecto visual con el uso de velas una forma de narrar más pictórica casi de época.

La música de Damián Laplace toma los sonidos autóctonos del lugar; un estilo floclórico con violines, arpas, palillos y bombos no hacen la tradicional melodía de Iglesia se amalgama al paisaje.

Alberto Ponce encargado del montaje se destacó con la puesta en escena austera, el vestuario típico con sotanas verdes o violetas simbólicas de la religiosidad. Los contrastes con las de los monaguillos blancas y rojas. Y la indumentaria utilizada por Paula hizo sentir que el filme tenía una moda de los años 60′.

La película con producción de Víctor Laplace y Luis Sartor engloba distintos mensajes cuestionables como los delitos cometidos en nombre de la religión, el abuso, las formas pederastas, la ambición al poder supremo, la promiscuidad que rompe con el celibato constantemente, la figura de la mujer como María Magdalena( tercera en discordia) en éste caso el personaje de Paula Sartor. Sin embargo en una propicia medida la comedia tamiza estos temas tan polémicos y dialogan sobre el doble discurso moralista de la institución y sus autoridades; con una embestidura profética aunque puede entreverse su hipocresía y el perdón.

Puntaje:70.