El perro samurai

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una animación dedicada a los más chiquitos que la pasaran bien con lo que se denomina “chistes de baño”, con un inodoro gigante incluido. Acción bien dosificada y una anécdota donde un perro pequeño se presenta como samurái para defender un pueblo de gatos en peligro. Nadie lo quiere ni siquiera un retirado samurái, con peso de más y resignación al que se presenta para pedir entrenamiento. En realidad se trata de una versión libre de la comedia de Mel Brooks “Blazing Saddles” (Locuras en el Oeste). Para el público infantil el recuerdo será para Kung Fu Panda, un sector del público donde la familiaridad seguro resulta a favor y aquí tienen la diversión garantizada. Para los adultos no faltaran las bromas en torno a “Amor sin barreras”, “Mamma Mia” y “Cats”, y a los lugares comunes en este tipo de films. Sin las voces famosas esta entrega es una buena salida para la familia donde nadie se aburrirá, y los gatos y perros aprenderán que es mejor vivir pacíficamente, luego de romper todo lo que estaba a su paso.