El perfecto David

Crítica de Ignacio Dunand - El Destape

La fría deshumanización del deportista en estado puro

La ópera prima de Felipe Gómez Aparicio cuenta una historia casi incestuosa entre una madre fría y calculadora que utiliza a su hijo, un joven fisicoculturista, como molde deshumanizante.

El perfecto David, notable ópera prima de Felipe Gómez Aparicio, lleva al espectador por lugares oscuros de la intimidad de una madre calculadora y su hijo, un joven fisicoculturista deshumanizado y usado como molde por todos los que lo rodean. Umbra Colombo, en el rol de la progenitora, se destaca, con una interpretación fría e impecable, logrando generar tensión en la trama y rechazo hacia su personaje al mismo tiempo.

David (Mauricio Di Yorio, joven fisicoculturista en su debut actoral) es un adolescente en el último año de secundario. Su vida transcurre entre las bromas y charlas con sus compañeros de colegio, sus definiciones sexuales que no puede sacar a la luz por la opresión exterior y su madre (Umbra Colombo), una figura tiránica que lo trata como objeto más que como ser humano.

La mente de David es víctima de una realidad turbia de la que es difícil salir. Su imponente cuerpo tallado. a fuerza de horas de gimnasio y esteroides anabólicos, es simplemente una coraza no representativa de sus sentimientos y búsquedas. Entre la madre y el hijo se teje una relación casi incestuosa, tirante, sin cariño, enmarcada por una apropiada fotografía con tonalidades sepia, que potencian las emociones descriptas.

Felipe Gómez Aparicio (que actualmente está dirigiendo la biopic ficcional de Fito Páez, con estreno en Netflix durante el 2022) ideó un logrado thriller dramático, siguiendo un celebrado estilo de narrativa poco convencional: no da definiciones claras, es una historia enroscada colmada de dudas e incertidumbres. El perfecto David está cubierta por un velo erótico provocador con una búsqueda ambiciosa hacía la exploración de los límites emocionales que transita un sujeto en una sociedad de máscaras e intereses crueles.