El peor día de mi vida

Crítica de Hernán Khatchadourian - Diario Popular

Lombardo a toda prueba

El consagrado Javier Lombardo vuelve al ruedo y demuestra que él solito es capaz de ponerse una película al hombro y sacarla adelante pese a todo.

Pasaron catorce años del estreno de "Historias Mínimas" y el público todavía recuerda a Javier Lombardo como uno de los mejores actores del espectáculo argentino.
Sin embargo, Lombardo, que supo estar en varios de los ciclos más exitosos de la TV, desapareció de un día para el otro debido a su enfermedad (sufre de Parkinson) y desde hace unos años está tratando de retomar de a poco su carrera con muy buenos resultados.
El Peor Día de mi Vida es uno de esos casos ya que a pesar de que se trata de un guión un tanto rebuscado (los guionistas argentinos que escriben sobre personajes que trabajan en el medio lo hacen de manera un tanto acartonada), el protagonista lo lleva muy bien a lo largo de ochenta minutos en los que va del drama a la comedia con una facilidad envidiable.
La historia hace foco en la vida de Julio, un actor que en su cumpleaños número cincuenta debe sobrellevar una jornada en la que todos los aspectos de su vida confluyen para volverlo loco: su esposa lo quiere dejar, su cuñada le endilga hacerse cargo de las cenizas de su hermano (con el que no se hablaba desde hacía años), su auto se rompe y además debe conseguir que le den un papel en una publicidad a riesgo de no poder pagar un crédito que le debe a un banco.

El actor Daniel Alvaredo, que en esta película se reserva el papel de un productor, dirige este filme de manera correcta, otorgándole generosamente a cada uno de sus colegas el espacio para que se puedan lucir en lo suyo, y de esa manera la película se va enriqueciendo paso a paso.
De todas maneras, el film es una película pequeña, sin pretensiones, que sólo busca contar una historia y entretener, y lo logra gracias a la grandeza de su protagonista, que en breve volverá a la gran pantalla con Maldito seas Waterfall!.