El pasajero

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

La dupla Liam Neeson-Jaume Collet Serra vuelve a demostrar que tienen las ideas bien en claro a la hora de plantear thrillers de acción en "El pasajero", una película que no teme a ser calificada como un simple entretenimiento sin culpas.
De entre la oleada de directores extranjeros que pisan fuerte dentro de Hollywood, Jaume Collet Serra viene silbando bajito y construyendo una carrera sólida, casi sin fisuras, sin que, por alguna extraña razón, su nombre todavía se haya instalado como fuerte referencia para el público masivo.
Collet Serra forma parte de esa generación de directores ibéricos que salieron de la nueva camada de cine de género español. Sin embargo no pareciera ser tan conocido como Alex de la Iglesia, Jaume Balagüeró, o Paco Plaza. Probablemente por haber construido toda su carrera en Norteamérica y poseer más “títulos por encargo”. Ya sea dentro del terror (¡Ya! Denle a La casa de cera el lugar que se merece), como en la acción, Collet Serra es un realizador efectivo.
Precisamente dentro de este último género ha formado una dupla infalible con ese actor que, ya maduro, le dio un giro a su carrera para mostrarse como un infatigable portador de armas, hablamos del enorme (en todo sentido) Liam Neeson.
Hasta ahora, la “trilogía” conformada por Desconocido – Non Stop – Una noche para sobrevivir, habían sido películas más que aprobadas, con guiones sólidos y un ritmo trepidante que sostenía todo. Con "El Pasajero", la dupla suma un nuevo eslabón a esa cadena, y si bien cambian la ecuación, el resultado vuelve a ser feliz. Lo cierto es que pareciera que Neeson-Collet Serra esta vez apuestan sobre seguro. Michael MacCauley es un ex policía y agente de seguros que acaba de ser despedido.
A bordo de un tren neoyorquino, se cruza con una extraña, Joanna (Vera Farmiga), quien le propone un trato que ya desde el principio huele a trampa. Debe marcar con un dispositivo GPS a un pasajero X, por lo cual recibirá inmediatamente una suma de dinero que se encuentra en el baño de la formación, y otra superior una vez realizado el trabajo.
Por lógica pura ¿Quién aceptaría un trato así? Nadie. Por otro lado, no tendríamos película si no aceptara el trato. Por lo cual, Michael al comprobar que, efectivamente, la primera parte del dinero se encuentra en el baño, acepta… solo para que comiencen los problemas. Identificar al pasajero no va a ser sencillo, y cuando las cosas se retrasen, el trato mostrará la letra chica.
Si no cumple con el objetivo, Karen (Elizabeth McGovern) y Danny (Dean-Charles Chapman), esposa e hijo de Michael, van a pagar la cláusula de rescisión con sus vidas. Contra reloj, Michael deberá salvar a su familia y también a este pasajero que no sabe quién es; porque claro, los malosos no lo quieren identificar precisamente para darle un premio.
Hablemos de "Non Stop" remplazando un avión por un tren, hablemos de "Asesinato en el Orient Expres"s teniendo que descubrir quién es la víctima en lugar de quién es el asesino (aunque algo de descubrir eso también hay), hablemos de la injustamente olvidada "Tiempo Límite" con Johnny Depp y Christopher Walken.
"El pasajero" no descolla por su originalidad, pero tampoco intenta ni necesita hacerlo. Desde que interpretó en 2008 por primera vez al agente Bryan Mills en Búsqueda Implacable; Liam Neeson se convirtió en el arquetipo de ciudadano común que cae en el lugar justo en el momento menos indicado. Algo así como un John McLane más entrado en años, más cauto, y menos gracioso. Con Collet Serra esta veta fue explotada a un nivel superior, casi Hitchcockiano.
Porque reamente son personas que no desean aplicar violencia, que están de regreso y solo buscan paz. Pero el destino y las circunstancias adversas que atraviesan los ponen permanentemente en un lugar que no desean. No solo hará uso de la fuerza para derrotar al malo, sino de toda una maquinaria de ingenio para descubrir la verdad, dejando entrever una metáfora de la clase obrera estadounidense que la pelea día a día. Misma fórmula que aplicaba el director de "Intriga internacional".
Es más ¿No hablamos del mismo director de "Extraños en un tren"? No le pidan coherencia a "El pasajero", el desarrollo está atado con credulidad, debemos saber que nos atenemos a un juego cuyas reglas son las de entretener sin reparar en la lógica ni en el análisis profundo. Así como Hitchcock en su paso a Hollywood desarrollaba grandes estructuras de reloj en las que todo calzaba a la perfección. Estaban las imitaciones, de relleno o destinada al consumo Clase B que cumplían con el mismo fin de entretenimiento a un nivel más culposo y ligero.
A esta segunda categoría pertenece "El pasajero". Como esos policiales directo a VHS que no eran clásicos populares pero sí se transformaban en clásicos del culto boca a boca. Como esas películas que entretenían relajadamente sin necesidad de ser espectaculares. No sería llamativo que alguien la comparase con un guion de Larry Cohen, el rey ochentoso de ese estilo.
Collet Serra crea una estructura artesanal, se desentiende de la parafernalia, y apuesta al nervio más clásico, a la pulsión de cámara y carisma de personajes; apoyado en actores probados en el género y de gran solvencia como el propio Neeson, la grandiosa todoterreno Farmiga, el desenfrenado que amamos Sam Neil, o el cara de Ken de plástico Wilson.
Acá no hay armado vacío de explosiones y CGI, y en un todo sale ganando. Lian Neeson y Juame Collet Serra nos traen una propuesta de alto entretenimiento, y sin pensarlo, sin analizarlo, nos embarcamos en ella. Por suerte nuestro destino será mucho mejor que el del malogrado Michael.