El paraíso

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Rosario, 1926. Las hermanas Magdalena y Anna Scilko llegan a Rosario desde Polonia con la promesa de un futuro lleno de oportunidades. A poco de desembarcar descubrirán que todo ha sido un engaño y de inmediato pasarán a integrar una red de trata y prostitución dominada por los Abramov.

Basada en la serie animada Tierra de rufianes, que a su vez estaba inspirada en los tiempos de la Varsovia / Zwi Migdal en la “Chicago Argentina”, la ópera prima de Fernando Sirianni y Federico Breser tiene en principio una estructura propia de un documental: un periodista (Ernesto Larresse) llega a la casa de Magdalena Scilko (la voz de Norma Aleandro), una mujer que en 2000, a los 91 años, finalmente acepta contar su desgarradora y épica historia.

El periodista en cuestión escucha la grabación de un noticiero de la época en que se produjo el triple crimen de León Abramov (Jorge Marrale), su hijo Aaron (Mariano Chiesa) y su sobrino Ian (Nicolas Furtado), quienes durante décadas dominaron el negocio del narcotráfico, el contrabando y la prostitución en Rosario. Y ambos hechos se irán conectando con el correr de los minutos.

Magdalena, claro, fue una de las víctimas de ese submundo, pero también protagonista a partir de su historia de amor (inevitablemente trágico) con Ian. Del relato en ese presente del año 2000 viajaremos a esa convulsionada década de 1920 con la joven Magdalena ahora interpretada desde la voz de Maite Lanata.

Construido en esos flashbacks como un film noir bastante clásico con gangsters hiperviolentos, El Paraíso tiene unos cuantos climas logrados y valiosas ideas visuales, aunque por momentos la animación luce por momentos un poco "robótica", sin alcanzar la fluidez y naturalidad que seguramente se podría haber conseguido si se hubiese contado con un presupuesto más holgado.

Además de los actores y actrices mencionados, se escuchan las voces en papeles secundarios de otras figuras como Alejandro Awada, César Bordón, Elena Roger, Favio Posca, Juana Viale, Claudio Da Passano, Carlos Kaspar y Marcos Woinsky. Aportes quizás menores en cuanto a minutos en pantalla, pero muy valiosos para un film que aborda los excesos, abusos y miserias del crimen organizado con las mujeres como víctimas principales.