El pampero

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

El nuevo film de Matías Lucchesi (Ciencias Naturales), se centra en lo que no se puede decir. Sobre esa idea sus personajes constantemente se encuentran ocultando emociones, información o deseos. Para sostener esto es necesario contar con una base actoral firme y es allí donde el trío de Julio Chávez, Pilar Gamboa y César Troncoso hace un trabajo excelente para representar a tres personajes cuyas verdaderas intenciones están por detrás en todo momento.

El film nos presenta a Fernando (Julio Chávez) que recibe las llamadas de su hijo, pero éste decide ignorarlo. Ahí se dirige a su velero dispuesto a navegar por el Río de la Plata, cuando a mitad de camino se encuentra con sangre en algunas hojas y en el marco de la puerta. Al abrir la puerta del baño se encuentra con una mujer asustada y llena de sangre (Pilar Gamboa), Fernando decide llamar a la prefectura pero ella le pide que no lo haga y la lleve a Uruguay. Él se niega, pero luego de un momento lo convence por lo menos para evitar el aviso a las fuerzas marítimas.

Llegando al delta, aparece Mario (César Troncoso), un agente de prefectura conocido de Fernando que tiene un interés y una insistencia extraña en la situación de los habitantes del bote.

¿Qué es lo que ocultan? Fernando, su sentir y el motivo real de la huida, más allá de la enfermedad, es de esa clase de personajes de pocas palabras que Chávez muy bien representa. La mujer oculta parte de lo que le pasó, su relato de lo sucedido deja muchos huecos. Y Mario, sus verdaderas intenciones con la mujer, porque sabe parte de lo que la motivó a escaparse. Con ese marco, el suspenso se mantiene en todo momento y la expectativa queda puesta hasta el final.

La fotografía del “El Pampero” brilla para mostrarnos los paisajes y para brindar un halo de tensión en un ambiente reducido, tanto en el velero de Fernando como en las sucesivas y escasas locaciones.

Algo valorable del final es que eligió mantenerse sobrio y no especular con posibles caminos de los personajes. Si bien se resuelve muy bien, en ningún momento se explicita una solución definitiva para sus problemas. Sus vidas siguen y eso es todo lo que teníamos que saber. En esta clase de eventos tan extraordinarios que narra la película, es mejor no ser pomposo en la explicación.