El pájaro loco

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Regresa al mundo del cine, un personaje de los legendarios de aquella época de oro de los cartoons americanos de la década del 40': "Woody woodpecker", o como lo conocemos en este lado del sur, "El pájaro loco".
La serie original fue creada por Walter Lantz (recibió un Oscar honorífico por su aporte en 1978), arrancó allá por el año 1957 ( y terminó con un refresh hacia 2002 en Fox Kids), y estuvo mucho tiempo en pantalla. Fue traducida a muchos idiomas y aún sigue rodando dentro de las repeticiones que los canales infantiles hacen de ella en todo el mundo.
Sin dudas, es un personaje distintivo que perdura en el afecto del público. Illumination Entertainment (los creadores de "Despicable Me") junto a los estudios Universal se hicieron cargo de organizar el proyecto, convocando a Alex Zamm, de regulares antecedentes (por ahí lo más destacado fue la secuela de "Insperctor Gadget" en 2003) cuyo fuerte son los films familiares y para televisión, para dirigirlo.
También se tomó la decisión de instalar a Woody, en un ambiente real, conservando la animación sólo para el personaje principal.
Todas estas decisiones no fueron, a la luz de los resultados, no fueron positivas. Este "Pájaro loco", se esfuerza por conservar los rasgos del espíritu salvaje que le dio prestigio, pero queda envuelto en una visión fuera de época, donde pocas ideas en el guión, empujan a la cinta a transitar caminos previsibles, anodinos y sin gracia.
Cosa bastante extraña por contar en sus filas con el delirio que rodea a las conductas de Woody. Esta es la historia de Lance (Timothy Omundson), un tipo al que parece que todo le va bien en la vida.
Es abogado de un gran bufete, pero su buena estrella, merced a un incidente mediático, parece eclipsarse. Es despedido de su trabajo y sin demasiados planes, planea construir una casa en un terreno que heredó en un bosque, para revenderla y hacer una diferencia con ello.
Lleva a ese lugar a su hijo, a quien ve poco y se suma a la aventura porque su madre no está disponible, y su novia, Brittany (Thaila Ayala), buscando resolver la situación en poco tiempo.
El problema es que Woody vive en ese lugar, y no le gustan los visitantes.
Como ya se imaginarán, comenzará una batalla feroz contra el terrateniente, en la que estarán involucrados unos torpes cazadores de animales a los que no se les cae una idea. Sin anticipar más, "El pájaro loco: la película", es un film discretísimo. No logra generar empatía en el público, hecho que se produce por lo esquemático de la historia y las pobres interpretaciones.
La animación no se ve demasiado natural y el conflicto, con su carga ecológica, tampoco alcanza ribetes para decir que generamos conciencia ambiental. Muy lejos de lo esperado, esta nueva adaptación de "Woody woodpecker" a la pantalla grave es un acto fallido. Revés para sus productores y a repensar el personaje, desde cero, si quieren un round 2.