El pájaro loco

Crítica de Fernando Alvarez - Clarín

Apenas ecos de una risa contagiosa
El legendario personaje animado convive con actores en esta película sin el brillo de los cortos originales.

Como no podía ser de otra manera, El Pájaro Loco, el célebre personaje creado por Walter Lantz y el dibujante Ben Hardaway en los años cuarenta que alcanzó su pico de popularidad en los setenta, es ahora objeto de un relanzamiento para que lo conozcan nuevas generaciones.

La película combina acción real con animación digital y no escapa al formato televisivo en esta historia de corte familiar que resalta el tono ecológico. El exitoso abogado Lance Walters (Timothy Omundson) decide instalarse en el bosque junto a su novia para construír una lujosa casa justo cerca del árbol que habita cómodamente El Pájaro Loco. Sin embargo, las cosas se complican cuando la ex esposa le deja al cuidado a su hijo adolescente (Graham Verchere), quien se aliará con el ave que se creía extinta.

La trama se apoya en el constante choque de costumbres entre la ciudad y la ley del bosque y en la preservación de los parques naturales cuando se desata una verdadera batalla territorial en este relato que no logra por momentos la interacción ideal entre la acción con actores y la única figura animada del filme, el pájaro irreverente, hiperkinético y extrovertido.

Cazadores furtivos, una guardabosques de buen corazón y los amigos del hijo que compiten con su banda en un certamen musical, se cruzan en medio de una serie de gags físicos (y otros escatológicos) donde las travesuras quedan desdibujadas.

Adicto a la mantequilla de maní, famoso por su risa característica y fan de las películas de Jackie Chan (se jacta además de no usar dobles en sus escenas de riesgo), Loquillo se ve envuelto en una historia que no termina de rendirle un justo homenaje a su extensa trayectoria.

Reiterativa y sin el ingenio que ofrecen otras realizaciones del género, El Pájaro Loco: La película puede resultar un entretenimiento efectivo para un público de corta edad, pero el adulto buscará el brillo de los cortos originales de la televisión.