El país de las últimas cosas

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Por un país al que es difícil llegar y mucho más vivir en él se halla Anna, una joven dispuesta a hallar a su hermano desaparecido. Para ello deberá enfrentarse con hombres y mujeres inmersos en la suciedad de esa ciudad en la que domina el dolor de la incomprensión junto a la necesidad, por parte de sus habitantes, de recomponer sus miserables existencias. En el transcurso de esa búsqueda la muchacha conocerá y se enamorará de Sam, un periodista extranjero que intentará hallar informaciones de ese lúgubre lugar. En medio de la búsqueda incesante de la pareja perdurará la noción de que el amor es posible y siempre dispuesto a enfrentarse a las más crudas adversidades.

Adaptado de la novela homónima de Paul Auster por el propio escritor norteamericano y Chomsky, en un proyecto que abarcó décadas, el film logra construir una cálida y, a la vez, dura historia que habla del mundo del futuro en el que sus protagonistas intentarán salir indemnes de sus respectivas y nada fáciles circunstancias. Todo en esta trama fija su mirada en la necesidad de escapar de un micromundo en el que todo es cotidianamente tan absurdo como doloroso. Un más que correcto elenco, encabezado por Jazmín Diz, una música que acierta en sus emotivos trazos y una impecable fotografía apoyan el entramado de esta historia plena de sugestión, de emotividad y de intensidad dramática.