El padre

Crítica de Xavier Ujfalusi - Tiempo de Pochoclos

La infancia de Mariana Arruti ha sido, por mucho tiempo, un simple recuerdo de su pasado; imágenes y sonidos que se sucedían con inocencia infantil mientras la oscura verdad era escondida.

En este relato, conducido y protagonizado por ella misma, se busca reconstruir a una persona para descifrar su propio pasado. Mariana vivió toda su vida con una imagen en la que juega en la playa con su padre, pero este muere cuando ella tiene 4 años y sus familiares más cercanos la convencen de que fue a causa de un accidente ferroviario. Con el paso del tiempo esta versión generó en ella cada vez más dudas y desconciertos y es este el motor de su investigación para “El padre”.

De esta manera, Mariana se plantea la posibilidad de que su familia le haya escondido detalles sobre su padre y sale al encuentro con la verdad, o por lo menos, una reconstrucción de experiencias que la acerquen a ella. Los recursos que utilizará son muy variados y van desde material de archivo audiovisual hasta la ficcionalización de los eventos ocurridos. Es importante hacer hincapié en este punto debido a que no ficcionaliza eventos por separado sino que lo hace como historias que suceden en paralelo; por un lado, la infancia de su padre y, por otro, la suya hasta los 4 años. Estas reconstrucciones se basan en los relatos de las personas que participaron de su vida y se expresan con diferentes estilos, la infancia de su padre (José) transcurre en un campo de buenos aires a la veda de una laguna completamente en escala de grises, su propia infancia es a color y recrea las propiedades de una secuencia de fotos y videos propias de las cámaras de los 70’s. Esta decisión atraviesa al espectador tanto por su estética como por su narrativa y también dotan a las secuencias de un ritmo más amigable para mantenernos atentos.

El documental se podría dividir claramente en dos partes, la primera trata la historia de una mujer intrigada por saber más sobre su origen y la segunda una búsqueda, casi policiaca, de la verdad sobre la desaparición de su padre. La historia de la muchacha es mucho más interesante, una conjunción exquisita de imágenes, sonidos, música y entrevistas que generan en el espectador curiosidad y asombro. Lamentablemente la segunda no llega a satisfacer ya que se estanca en territorio conocido de una sucesión de entrevistas indagatorias. De todos modos es destacable que todas estas entrevistas sucedan en lugares comunes como una construcción, un patio o una casa y logran una hermosa composición de planos que junto al montaje permiten mantener hasta cierto punto la expectativa. Son los relatos de los entrevistados los que nos entregan un poco más de lo mismo. Ninguna persona es igual a la otra y tampoco sus historias pero es cierto que los relatos de los argentinos en los 70’s no se diferencian mucho entre sí y en esta parte el documental se torna un poco monótono.
En “El Padre” Mariana nos abre su corazón y nos presenta su historia, la conocida y por conocer, balanceando todo el tiempo la nostalgia y la alegría que ellos le producen. Lo hace con una estilización y una naturalidad que agrada y verdaramente permite la empatía del espectador. Está dirigida especialmente a un público que conoce el contexto social de la República Argentina en los años 70's pero de todo modos la explica de una manera poco original. Una pelicula disfrutable, con algunos momentos más interesantes que otros pero que coexisten armoniosamente hasta el final. Con actuaciones maravillosas y una estética con variaciones que producen climas tiernos y emotivos llega a los cines argentinos “El Padre” de Mariana Arruti.