El padre

Crítica de Laura Pacheco Mora - Metafilmika

PELÍCULAS MENTALES

"Extraordinaria manera de relatar el deterioro de una enfermedad, en paralelo a su tormento. Respuestas atrasadas para el paciente y para los que lo asisten. El cómo se enfrentan y transforman en enemigos, funcionando como espejo de sus luces y de sus oscuridades, quebrantando el amor, quizás con la intención de mitigar ese irremediable dolor. Con un mensaje universal, recomiendo este film para reflexionar y meditar"
The Father, 2020. Anthony Anthony Hopkins (The Silence of the Lambs, 1991), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de las cuidadoras que su hija Anne, Olivia Colman (Serie THE CROWN Desde 2016), contrata para que le ayuden en casa. Está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad. Anne sufre la paulatina pérdida de su padre a medida que la mente de éste se deteriora, pero también se aferra al derecho a vivir su propia vida. The Father es una adaptación de Le Père (El Padre), una obra teatral del propio Florian Zeller estrenada en 2012.
Con respecto a la dirección, la película es un éxito. Las lentas tomas de seguimiento en el pasillo del apartamento, que se expande y transforma, según las circunstancias. En la sala de espera de un médico o en el ala de una residencia de ancianos, las habitaciones cuyo mobiliario y luz cambian según la hora del día, o de su estado de conciencia, figura la prisión mental en la que el personaje de Anthony lucha y hace del escenario una parte central de la película.
Con respecto al guion, el público se verá increpado de manera rápida y fluida, logrando su empatía. Quizás pueda hacer algo de ruido para cierto espectador, debido a sus ávidos cuestionamientos. Sin embargo, debo decir, que esta adaptación superó ampliamente mis expectativas como cinéfila. Los actos son prolijos, cada escena, cada frecuencia, con estilo sensible y fino, en donde está presente la voz del autor. La interacción entre los personajes es magnífica, quedando planteada la premisa e idea del film, con una insuperable construcción de personajes. No solo del protagonista y su antagonista. Sino que se destacan las interpretaciones de todo el elenco, dando cuenta de que se necesita talento y con pocos elementos es posible realizar un gran filme. Con escenas tan duras como reales, y con un elemento simbólico perteneciente a cada uno de sus protagonistas. Funcionando como nexo entre ellos y como vínculo, brindando armonía a la continuidad de la trama dramática.
Qué decir del recurso tan atinado, como la fina música de Ludovico Einaudi acompañando a Anthony en sus momentos a solas, de disfrute y de remembranza. Un montaje y una edición admirables y cuidadosos.
Otro recurso, espléndidamente empleado, es la maravillosa puesta en escena. Dirección de Arte, sus contrastes para cada personaje, situación, locaciones en interiores y exteriores, en donde existe el oxígeno, un respirar fresco y abierto. Un extraordinario trabajo, loable de admiración. Paletas de color pastel, blanco o celestes como pistas, y elementos como cuadros, y utilería, si son observados con atención, con el transcurrir del film, comprenderemos el porqué y el cómo de la disposición de los mismos, realmente de muy buen gusto e inteligencia.
Se puede decir mucho más, no obstante lo cual, le dejo al espectador que viva esta experiencia y considero injusto spoilear, siempre, aún más con esta semejante obra maestra. Que sobra aclarar, la recomiendo como una de las mejores películas que vi en toda mi vida.
De las tablas al cine, Florian Zeller Director, co Guionista junto a Christopher Hampton. En una adaptación de su propia obra, ha pasado con la misma simulada destreza que acompañó su debut como Dramaturgo, haciendo de cada una de sus obras un éxito muy importante. Adaptado de uno de ellos, Le Père , y rodado en inglés, su primera película como Director se estrenó en Francia con dos premios Oscar, uno por su guion coescrito con el traductor de sus obras de teatro, Christopher Hampton, el otro por la interpretación. Actuación del brillante Anthony Hopkins.
De palabras de Florian Zeller, quien claramente ha sabido utilizar todas las herramientas del cine, demostrando tener un gran dominio formal.
“Mi intención no era hacer cine”, enfatiza. "Fue al contrario intentar hacer lo que solo el cine permite."
"Ante la negativa de enfrentar al mundo tal cual es, toda enfermedad es un enorme aprendizaje, que, te colma de desesperanza, odio, irritación, impotencia y rabia. En su recorrido hacia la sanación, tanto la persona que la padece, como su oponente, nos enseñarán como el mundo se convirtió en un lugar hostil para siempre. Transformándose en un mundo salvaje, sin importar que tan fuerte seas, para enfrentarla. Porque la vida, seguirá golpeando duro y solo uno mismo es el responsable de lo que atrae, nadie más es culpable. Solo queda un halo de esperanza o consuelo. Repetir como un mantra, que se encuentran en el lugar perfecto y están a salvo en todo momento, es incomprensible, tan solo una cuestión de fe. Entre tanta batalla y agotamiento, estas grandes lecciones, de las cuales, todos debemos estar perceptivos a aprender y salir de la zona de confort mental y aprovechar que no existen padecimientos similares, solo te los tienen que contar sus protagonistas y este es el caso"